Pese a ser una referencia en la restauración colectiva mundial, Aramark sufrió de lleno las duras consecuencias de la pandemia. Al igual que el resto del sector, acusó especialmente el cierre de comedores escolares, restaurantes de empresa, cafeterías de hospitales y la cancelación de actividades de ocio y eventos.

No obstante, la reactivación de los servicios dio un empujón tan importante como necesario a la actividad de Aramark España. Su división de catering cerró el ejercicio 2022 (finalizado el pasado 30 de septiembre) con un volumen de negocio de 224,5 millones de euros. Esta cifra representa un crecimiento del 85% en comparación con los 121,6 millones facturados el año anterior.

Según indica la compañía en su informe de gestión, «este incremento viene motivado por un lado por la reactivación de la actividad en sectores clave para la Sociedad, tales como el sector sanitario o la educación, pero principalmente en su línea de negocio de ocio debido a la reducción de las restricciones de aforo que se implementaron en los espacios deportivos y eventos».

Este impulso en la facturación permitió alcanzar un resultado de explotación positivo de 1,1 millones de euros, frente a las pérdidas de 9,3 millones del 2021. No obstante, una vez descontados impuestos la sociedad Aramark servicios de catering arrojó unos números rojos de 22.698 euros. Con todo, este resultado supone una mejora ostensiblemente respecto a los 10 millones perdidos en 2021 y que, sumados a los 25 millones de 2020, motivaron una inyección de 30 millones por parte de su matriz estadounidense.

Entre las medidas aplicadas por la gestión de Aramark España destaca de un Expediente de Regulación de Empleo (ERTE) que afectó a 5.139 empleados al principio de la crisis sanitaria. Durante el ejercicio 2021, la sociedad fue reincorporando de forma progresiva a los empleados en esta situación. A 30 de septiembre de 2022 la plantilla se situaba en 8.668 trabajadores,

En el ejercicio anual 2023, la compañía se encuentra en los niveles presupuestados, no obstante, está condicionada al desarrollo de los precios de las materias primas alimentarias y de los costes de la energía en los próximos meses