¿Caída libre del gasto en restauración? «Una desaceleración no es un frenazo»

¿Caída libre del gasto en restauración? «Una desaceleración no es un frenazo»

miércoles 21 de agosto del 2024 | 10:44

Si la economía es una cuestión de confianza, la hostelería lleva tiempo con miedo a que acabe el ciclo actual, expansivo y desafiante a partes iguales. Unas dudas, alimentadas durante los últimos meses, que parecen encontrar justificación en indicadores tan esenciales para el pulso de la actividad como son el gasto o el tráfico en locales.

El último informe mensual de consumo realizado por CaixaBank Research refleja una tendencia claramente a la baja en determinadas áreas de actividad. Su indicador en tiempo real sobre el pago con tarjetas muestra que el gasto en ocio y hostelería creció un 2,1% interanual en julio, lo que supone una caida de 6,1 puntos respecto a junio. Se trata además de la segunda tasa mensual más baja en lo que va de año, sólo por detrás de un abril que cerró negativo por el efecto de adelantar la Semana Santa a marzo. Con todo, el conjunto del año arroja un crecimiento medio interanual del 6,2%, frente a los dos dígitos del 2023.

Los economistas de la entidad relacionan este descenso a la baja facturación de una restauración que cerró en plano el mes de julio (+0,1%), en claro contraste con el crecimiento el 9,5% registrado en junio y del 13% en mayo. El rendimiento de bares y restaurantes durante el primer gran mes del verano ha estado bastante por debajo de hoteles, que crecieron un 3,7%. Según Zoel Martín Vilató, autor del análisis. la mala evolución de la restauración sólo fue superada por unas agencias de viaje que cerraron en negativo (-1,5%).

Por su parte, la Agencia Tributaria indica en su último seguimiento semanal que las ventas totales en establecimientos de hostelería mantenían un incremento anual del 14,8%, de acuerdo con los pago del IVA realizados ente los días 3 y 30 de julio, aunque lejos del ritmo del 20% con los que arrancaba el verano.

«El gasto en ocio y restauración está en caída libre desde mayo, y no son buenas noticias porque esto solo viene a confirmar que el consumo privado no está tirando del PIB», reflexiona Alejandro Hermo, CEO de Goiko. En Estados Unidos el tráfico a restaurantes bajó un 2,3% durante el segundo trimetre, confirmando un escenario de desaceleración hasta cierto punto previsible por el impacto de la inflación y que está haciendo mella en el negocio de las grandes marcas de restauración.

Ahora bien, ¿suponen estos datos una confirmación de los malos presagios? De seguro, complican las previsiones de Hostelería de España para una temporada alta en la que esperan mejorar en un 5% la facturación respecto a la del año anterior.

El consumidor sigue dedicando parte de su renta a restauración

Al margen de una rebaja de las expectativas, los expertos siguen viendo el vaso medio lleno dentro de un ciclo alcista. Así lo cree David Martínez, CEO de Makro. «Una desaceleración no es un frenazo, a menos que el que lleva el pie en el freno se ponga nervioso. Y lo que pido yo es que no nos pongan nerviosos, pues esta desaceleración era esperada por la menor inflación. Además, en el mes de julio tuvimos peor temperatura, mientras en agosto vemos que no, que el calor vuelve a impulsar el consumo estacional, por lo que seguramente veremos mejores datos del actual trimestre estival».

Racionalización del consumo

El también presidente del Comité Horeca de AECOC considera que, aunque el consumidor sufre cada día más, sigue dedicando buena parte de su renta disponible al consumo fuera del hogar en restauración. Pese a la crisis de poder adquisitivo, siete de cada diez españoles acuden a establecimientos de hostelería con la misma frecuencia, o incluso más, que el pasado año, si bien busca fórmulas de ahorro que mejor le convenga en cada momento.

Con diversas fuentes apuntando al incremento de precios como principal causa del freno en el consumo, Hermo se inclina por más variables. «Mirando a los datos macro y al aumento del ahorro en las familias, se deduce que las familias aunque tengan dinero no están por la labor de gastar, ya que priorizan ahorrar en el entorno tan delicado macroeconómico que tenemos. Las familias no quieren que les vuelva a pillar el toro como en la crisis inflacionaria de 2022».

A este respecto, durante los primeros meses del año los precios en restauración han seguido incrementándose a un ritmo similar al de los últimos 24 meses, registrando una inflación interanual cercana al 5%. Esta dinánima afecta a la percepción de un consumidor presto a corregir sus hábitos en pos de una mayo racionalización del gasto. Por tanto, si bien a día de hoy prioriza las ocasiones de consumo principales e intenta mantener su frecuencia de consumo en comidas y cenas: prefiere renunciar a ocasiones de consumo ocasionales como algunos aperitivos, meriendas o desayunos fuera de casa el fin de semana, de acuerdo con recientes datos ofrecidos por Circana.

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