Ingredientes:

En esta ocasión os presentamos un básico presente en todas nuestras mesas, con un toque personal: la crema de calabaza, con zanahoria, puerro y romero. Arriesgarse es de valientes, por ello, hemos querido añadirle a esta receta tan clásica el sabor de la zanahoria, y del romero, especia muy utilizada para aportar sabor a las carnes y a veces infravalorada a la hora de añadirlo a las verduras. La proporción de los ingredientes será la batuta que nos guíe en esta sonata culinaria. Si os apetecen otras propuestas saludables de cuchara, siempre podéis visitar nuestra receta de crema de calabacín o crema de espárragos. ¡Empezamos!

Cómo hacer crema de calabaza:

1. Calentamos 2 cucharadas soperas de aceite en una cazuela a fuego bajo.
2. Cortamos la zanahoria en brunoise (dados pequeños) y agregamos. Mientras ésta se sofríe, picamos el puerro en brunoise y lo agregamos con cuidado. Vigila siempre  que no se queme mientras preparas la calabaza.
3. Una vez  que la zanahoria se haya reblandecido levemente, un ligero sudado, y el puerro este un pelín pochado, agregamos la calabaza. Ten en cuenta que cuanto más pequeños sean los trozos menos tardará en cocerse la calabaza. Por ello, con dados medianos será suficiente. Recuerda que el objetivo es dorar la zanahoria y el puerro, extrayendo todo su sabor. Al sofreírlos con la calabaza durante 3 minutos aproximadamente, potenciaremos los sabores de estos tres ingredientes.
4. En este punto, debemos sazonar y cubrir con agua fría todos los ingredientes más un dedo, permitiendo la expansión de los sabores de las verduras.

   Para potenciar el sabor de la crema se puede añadir la siguiente proporción: 3/4 partes de agua y 1/4 de caldo de carne, o verduras.

5. Dejamos cocer a fuego medio 15 minutos o hasta que veamos que los trozos de calabaza están prácticamente blandos. Agregamos un toque de romero al gusto. Especiamos en este punto para no sobresaturar el sabor de nuestra receta. Dejamos cocer 5 minutos mas y retiramos del fuego.
6. Nosotros solemos reservar un cazo del agua de la cocción para equilibrar la posterior textura de la crema. Con la ayuda de una batidora trituramos todos los ingredientes. Probamos el punto de sal y rectificamos si fuera necesario. En caso de quedarnos demasiado densa, añadimos el agua reservada.

Ya solo queda hacer un emplatado bonito de nuestra crema de calabaza, zanahoria, puerro y romero. Os podéis ayudar de unas gotas de aceite o crema de leche, e incluso aportar un poco de contraste en el color con cebollino. Para aquellos que no tenéis intolerancia al huevo, podéis seguir el siguiente consejo. Aprovechar el calor residual de la crema una vez terminada para agregar un huevo y batir de nuevo. Esto dotará de de mayor cremosidad y textura a nuestro plato de cuchara. Otra opción igualmente compatible es añadir pimienta negra molida. Esperamos que disfrutéis de la combinación de estos sencillos y saludables ingredientes. El sabor os sorprenderá a todos.