La Gran Familia Mediterránea entra en concurso y quema sus opciones de futuro

La Gran Familia Mediterránea entra en concurso y quema sus opciones de futuro

lunes 26 de febrero del 2024 | 08:59

Del cenit al ocaso en menos de un año. La Gran Familia Mediterránea de Dani García se despide por la puerta de atrás del food delivery, negocio que llegó a abanderar. El Juzgado de lo Mercantil número dos de Málaga ha declarado el concurso de acreedores necesario de Rima Gastronómica, la sociedad bajo la que operaba la marca.

Según la información avanzada días atrás por Economía Digital, la jueza ha basado su decisión en los diferentes procesos que instaban a la solicitud del concurso. Entre ellos la propia empresa, que lo hizo en septiembre, y un acreedor que reclama el pago pendiente de una deuda que asciende a 6 millones de euros.

Este acreedor, un grupo internacional dedicado a proveer profesionales para el servicio de delivery, instaba a evaluar la capacidad financiera de La Gran Familia Mediterránea ante la situación de impago que arrastraban desde verano de 2022. Tras hacerlo, la jueza ha determinado que la documentación acredita el estado de insolvencia de la sociedad. Al tratarse de un concurso necesario, ha suspendido a los administradores para sustituirlos por una administradora concursal.

Aunque la declaración puede ser recurrida, supone la estocada final a un negocio que llegó a facturar 11 millones de euros en 2022 y a contar con 25 cocinas repartidas por España. Hace apenas un año, la marca tenía sobre la mesa una hoja de ruta que contemplaba abrir alrededor de 40 cocinas, ganar presencia en retail y abrir puntos físicos a pie de calle.

Sin embargo, todas estas previsiones quedaron en papel mojado tras el giro de guión de los inversores del proyecto, que decidieron frenar su apuesta. En verano del año pasado se produjo la salida de los directivos y La Gran Familia Mediterránea cortó sus operaciones repentinamente, a la espera de encontrar de una segunda oportunidad. Durante meses negoció la posibilidad de integrarse dentro de la francesa Clone para franquiciar la marca a terceros, pero no llegó a cristalizar el acuerdo.

Esta opción hubiese permitido un reposicionamiento necesario y en línea con la tendencia del sector, que ha marcado distancias con el modelo dark kitchens. Las conversaciones entre La Gran Familia Mediterránea y Clone se centraban en que delegar a esta última la gestión completa de la marca, desde la búsqueda de restaurantes con los que asociarse a el control de pedidos y la comunicación.

Noticias Relacionadas