Ingredientes:

El otoño es una época especial, nos guste más o menos. Es la estación que nos incita al recogimiento y nos puede hacer sentir un poco melancólicos. Durante estos meses “mueren” las horas de luz, así como algunas plantas y árboles. Es el momento del año que nos recuerda que si queremos florecer, también debemos dejar ir algunas cosas. Y otra cosa muy importante: el otoño es la estación de las calabazas. A nosotros nos encantan, y para celebrarlo os traemos esta especiada y deliciosa mermelada de calabaza casera. La calabaza es un alimento con una densidad de nutrientes muy alta. Nos aporta mucha vitamina A, además de C, E y del grupo B. Es rica en potasio, calcio, hierro y magnesio entre otros minerales. Además, sus semillas son muy beneficiosas para la salud. Contienen zinc, triptófano, magnesio… y son un alimento antiinflamatorio. Podéis consumir este vegetal en recetas muy variadas. Os proponemos el cremoso risotto de calabaza (usad el parmesano vegano y margarina para veganizarlo), o la calabaza con yogur al chile (con yogur de soja para una versión sin lactosa). También podéis sustituir la pasta por rodajas de calabaza en nuestra lasaña de espinacas. Y si esta mermelada de calabaza especiada te hace salivar, ¡espera a ver el chutney de pera!

Cómo hacer mermelada de calabaza al fuego:

Esta mermelada lleva muy poco azúcar porque la calabaza ya es bastante dulce. Al ser integral le dará un color tostado. Podéis omitir las especias si no os gustan, y utilizar solo agua en lugar del agua especiada.

1. En primer lugar pondremos las especias a infusionar. Para ello pondremos en un cazo el medio vaso de agua junto al clavo, el anís estrellado, la canela y una tira de piel de naranja sin la parte blanca. Lo dejaremos 10 minutos al fuego y después lo colaremos.
2. Mientras las especias se infusionan, pelamos la calabaza, le quitamos las semillas y la partimos en trozos de unos 3cm de grosor. ¡No tienen que ser perfectos!
3. Ponemos una olla al fuego con los trozos de calabaza para caramelizarla. Simplemente tostad de forma muy sutil la hortaliza, removiendo con cuidado ya que apenas tiene que coger color. Si lo hace, podría amargar. Este paso es opcional, aunque le da un toque estupendo.
4. Añadid a la olla el azúcar integral y 60mL del agua de infusión. Subid el fuego hasta que comience a hervir.
5. Cocer durante 20 minutos a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Cada vez habrá que remover con más frecuencia ya que el líquido se irá evaporando. Aprovecharemos también para ir rompiendo los trozos de calabaza con la ayuda de la cuchara de madera.
6. Rallamos el resto de piel de naranja y lo añadimos a la olla junto a 2 cucharadas de zumo de la misma y las 2 cucharadas de coñac.
7. Cocinamos 10 minutos más, removiendo continuamente. Si queda líquido mantenlo unos minutos más al fuego.
8. Apagamos el fuego y removemos unos minutos más, ya que la olla sigue caliente y ¡podría quemarse!
9. Envasamos la mermelada recién hecha en tarros esterilizados. Los cerramos bien y los ponemos boca abajo sobre un paño para que se haga el vacío y se conserven durante meses.

Cómo hacer mermelada de calabaza con Thermomix

Los dos primeros pasos son los mismos que explicamos más arriba.

1. Ponemos la calabaza troceada en el vaso de la Thermomix y trituramos 4 segundos a velocidad 4. Bajad con una espátula lo que queda adherido en las paredes.
2. Añadid el azúcar integral y 30ml del agua aromatizada. Programad 15 minutos a temperatura Varoma, velocidad 1-2. Poned el cestillo sobre la tapa.
3. Si los trozos te parecen demasiado grandes y quieres una mermelada más fina tritura otra vez a velocidad 4 unos segundos.
4. Pasado este tiempo, bajad los restos de las paredes, incorporad la ralladura de naranja, 2 cucharadas de licor y 2 cucharadas de zumo de naranja.
5. Programad 15 minutos más a 100°, velocidad 1-2.
6. Envasad la mermelada de calabaza en tarros esterilizados, tal y como explicamos arriba.

¡Listo! Si la hacéis a mano aprovechad para hacer doble cantidad. ¡Tendréis mermelada para varios meses en la despensa! Para tostadas, bagels, con yogur… ¿Qué tal unos paquetitos de hojaldre rellenos? O con el nutritivo pudin de chía… ¡Como gustéis!