El efecto cava impulsa las previsiones de Freixenet. El líder mundial de este espumoso espera cerrar 2022 con un incremento del 10% de sus ingresos y ventas entre el 6% y el 7% más.

Asimismo, tras alcazar el año pasado su marca histórica de 107 millones de botellas vendidas en un ejercicio, su vicepresidente y consejero delegado del grupo, Pedro Ferrer, espera que las ventas de este año superen esta cifra De esta cantidad que calcula, el 65% serán de cava, el 25% de vinos tranquilos y, el resto, de prosecco y otros vinos espumosos y sin alcohol.

En lo que va de año, el crecimiento en ventas ronda ya el 9%, aunque la compañía prevé que este porcentaje descienda algo porque la Navidad es una época tan buena en ventas, que la comparación entre un año y otro suele ser más ajustada que en otros meses, según ha informado la agencia Efe.

Como explica Ferrer, la marca, ha vivido «un buen verano», el otoño «está aguantando bien» y se espera una campaña de Navidad mejor a la del año pasado, que estuvo condicionada aún por la Covid. Además, subraya que el mercado nacional «va muy bien» gracias a la vuelta del turismo y al levantamiento de las restricciones en el canal de la restauración. Con estas buenas previsiones, la compañía espera recuperar la normalidad en 2023.

Para Ferrer, tras la subida del precio del champán por las malas cosechas que ha habido, «el cava vuelve a tener una nueva oportunidad» de crecimiento. En este sentido, ha apuntado que Freixenet, que está presente en unos 140 países, tiene entre sus prioridades crecer en el mercado español, donde tiene una cuota del 20% en Navidad y es líder en volumen de botellas vendidas.

El pasado verano, el grupo Freixenet absorbió la bodega Castellblanch, que venía arrastrando ‘números rojos’ desde 2007. Esta operación supuso un paso más en la reorganización interna que el grupo arrancó tras la compra, por parte de Henkell, de alrededor del 50% de capital.

Henkell Freixenet registró un incremento de sus ventas del 11%, hasta los 1.326 millones, en el pasado ejercicio y ganó cuota de mercado en España y Alemania.

La compañía adquirió a comienzos de 2022 la bodega británica Bolney Wine Estate con el objetivo de reforzar su posición en el negocio de los vinos espumosos ingleses de alta calidad.

El optimismo del sector se extiende a Codorníu, que cerró su último ejercicio a finales de junio con un incremento en las ventas del 20% respecto al 2020-2021 al rozar los 220 millones de euros.