Después de dos años enfriando expectativas, Raventós Codorníu tiene motivo para la celebración. La bodega de cavas y vinos controlada por el fondo estadounidense Carlyle cerró su último ejercicio a finales de junio. Lo hizo con un incremento en las ventas del 20% respecto al 2020-2021 al rozar los 220 millones de euros.

Aunque las cuentas todavía no se han publicado, esta cifra de negocio se sitúa por encima de los 193 millones de euros registrados en 2019, a las puertas de la pandemia. Ahora bien, parte del crecimiento se explica por la inflación, aunque Codorníu solo repercutió una parte del incremento de sus costes y ha limitado el alza de precios por debajo del 10%.

Por segmentos, fue especialmente destacado el incremento del 73% experimentado en el canal de la restauración, que absorbe el 40% de la facturación global. Las ventas en supermercados subieron un 10% y el canal digital experimentó un alza del 25%.

El canal de restauración creció un 73% durante el pasado ejercicio

Según ha avanzado la compañía a La Vanguardia, este crecimiento estuvo acompañado de un aumento del 40% en el beneficio bruto de explotación (ebitda), hasta los 28 millones de euros.

De cara al actual ejercicio, los responsables de la bodega apuntan a un nuevo crecimiento de dos dígitos (superior al 10%), que en el caso de la hostelería superaría el 30%. Ello ante la expectativa de una buena campaña navideña y tras firmar unos primeros meses en los que las ventas se han situado un 25% por encima del 2019.

En el 2021 la variante ómicron del coronavirus dio al traste con las buenas perspectivas de la restauración en navidad. En cambio, este año la recuperación beneficia a los hoteles y restaurantes, hasta el punto de que algunas marcas avisan de problemas para atender toda la demanda. Pese a los esfuerzos por desestacionalizar el consumo en la parte final del año sigue siendo fundamental.