El universo solar Repsol se expande con lugares que merecen hacer kilómetros de más
Su poder de irradición cada vez llega más lejos. Hasta barras a pie de autovía, terrazas que son un oasis cerca de una carretera nacional o cafeterías donde parar a desayunar o tomar un tentempié y continuar tan feliz el viaje. Son algunos de los 300 sitios localizados por los expertos de la Guia Repsol y que merecen un alto en el camino de las vías con más tránsito del país.
Se tratan de los Soletes de carretera, «espacios que merecen hacer más kilómetros para llegar», en palabras de María Ritter, directora de la guía gastronómica. Tras poner en el mapa los chiringuitos desde lo que exprimir el verano o los negocios del día a día, en esta tercera edición la nueva calificación se centra en establecimientos situados cerca de todas las carreteras nacionales, atendiendo una reclamación de años.
“Nos lo estaban pidiendo nuestros usuarios, nuestros conocidos y también los amigos.Tras el éxito de los Soletes de Verano, que lanzamos por primera vez a finales de junio de 2021, y más recientemente, los Soletes de Otoño, hemos querido identificar estos más de 300 Soletes de Carretera para que la gente los pudiera descubrir durante la Semana Santa, que todos estamos deseando disfrutar. Cuando paramos para repostar o descansar un rato en mitad del viaje, nos gusta encontrar un sitio agradable aunque sea para tomar un café”, explica Ritter.
Soletes cerca de la A-1
Dentro de la red nacional, la autovía del Norte, entre Madrid y Gipuzkoa, quizá sea el camino con más paradas célebres y obligadas. Es el caso de ‘Área Boceguillas’, en Segovia, cuya cafetería ofrece bollería propia, ricos bocadillos de torta de aceite y un sala cuidada hasta el último detalle. En Burgos hay que parar en ‘El Lagar de Milagros’, sitio de referencia de las bandas de música cuando están de gira. Lo rural y la nouvelle cuisine se combinan en ‘El viso’, en Armiñón, en la A-1 a su paso por la provincia de Álava. Ya al final de la autovía, en Tolosa, para probar una verdadera sidrería vasca se halla ‘Isastegi‘.
Por la A-2
Un lugar estratégico y cocina de calidad es difícil de encontrar, pero a veces pasa. El ‘Área 103’, en Almadrones (Guadalajara), es un ejemplo y su cabrito al horno de leña da buena fe de ello. Siguiendo la Autovía del Noroeste, una vez pasada la ciudad de Zaragoza, ‘Gastrobar Espliego’ (Villamayor del Gállego) trabaja bien la brasa hasta en el postre. Una ración de caracoles de ‘Hostal del Carme’ provee al viajero de una memorable despedida de Lleida, y la hermana de Nandu Jubany sigue sorprendiendo desde los fogones de ‘Nou Urbisol’, ya en Castellolí (Barcelona). Para probar caracoles a la catalana, ‘Can Barris’, en Campllong (Girona). De la A-2 nace el Camino Catalán (A-22), que une Lleida con Huesca, y ahí se encuentra, por ejemplo, ‘El Cierzo’ (Binéfar), donde destaca el bocadillo de salmón, anchoas, queso fresco, tomate y aguacate. En la A-23, también llamada Autovía Mudéjar, encontramos varios rincones tirolenses: ‘La Vía Verde’, en Sarrión, es uno de ellos.
Camino a Valencia
En la Autovía del Este, tan transitada por viajeros de la meseta en escapadas buscando el mar, aguarda a su paso por Cuenca la selección de quesos para llevarse a casa de ‘Venta San José‘ o la típica casa machega ‘El Vasco‘, en Villarubio. ‘Las Bairetas‘, en Chiva, da la bienvenida a la Comunidad Valenciana, con su arroz de pato y ajos tiernos. Si se quiere optar por un tradicional esmorzaret, la parada es en ‘L’Alter‘(Picassent), ya muy cerca de Valencia ciudad. Si por casualidad el camino entre el centro de la península y el Levante discurre por la A-32 -que conecta Linares y Albacete- se puede parar en ‘Confitería La Moderna‘, en La Roda (Albacete), y comprar sus tradicionales miguelitos.
Cerca de la A-4
‘El Llano’, en La Guardia, y ‘El Amigo’, en Ocaña, son dos sitios donde comer bien a buen precio al pie de la A-4 a su paso por Toledo. Al llegar, a Puerto Lápice, en Ciudad Real -otro de esos lugares perfectos para descansar un rato- la escultura de Don Quijote frente a ‘Aprisco’ marca los mejores lugares donde picar algo de la zona, como unas migas. No hay que desviarse para recalar en ‘Mesón de Despeñaperros’ (Santa Elena, Jaén) y comer algo frente al Parque Natural que le da nombre. En Córdoba también cuenta con vistas para desconectar: los balcones de ‘Sol Zapatilla‘, en Montoro. Y en el polígono de Écija (Sevilla), ‘Mesón La Campiña‘, con su ambiente familiar y buenas carnes. ‘Venta Esteban‘, justo antes de llegar al núcleo de Jerez de la Frontera (Cádiz), sirve una ensaladilla difícil de olvidar. Si vas por la Autovía del V Centenario (A-49), que une Sevilla con Huelva y el sur de Portugal, es buena idea parar en ‘Chocaíto‘ (La Palma de Condado) y pedir coquinas.
Entre Madrid y Badajoz
La marisquería ‘Bálamo‘, a las afueras de Alcorcón (Madrid) y muy cerca de la A-5, sorprendió a los vecinos de esta localidad madrileña y ahora sorprende a todos los que paran a probar su pulpo al limón o su camarón salteado. En Montijo (Badajoz) hay que parar en ‘Corral del Rey‘ y pedir su bacalao a la brasa; y en el extrarradio de la capital pacense, suelen triunfar la casquería y los quesos de ‘El Chupi‘. Es la Autovía Ruta de la Plata (A-66) la que recorre Cáceres, y un buen lugar para apuntarse es ‘La Isla’, en Plasencia: una terraza agradable para desconectar frente al Júcar.
Rumbo al norte por la A-6
La autovía que une A Coruña con Madrid es un camino perfecto para conocer a fondo Castilla y León y el interior de Galicia. Y, por qué no, también su gastronomía. En Ávila, a la altura de Adanero, hay que parar para comerse uno de los bocadillos de autor de ‘MA‘. Para un almuerzo frente al Duero, ‘Doña Carmen’, en Tordesillas (Valladolid). Ya en León, una parada muy frecuentada por los viajeros habituales se encuentra en Brazuelo: ‘La Magdalena de Combarros’. Abundan las cocinas donde reponer fuerzas y alegrar el paladar al llegar a Lugo, ‘Casa do Labrego‘, en Baamonde, por ejemplo. Una vez llegamos a A Coruña, la A-6 enlaza con la AP-9, que recorre la Comunidad Autónoma. ‘Los Manueles‘ (A Coruña) y ‘La Mesa de Conus‘ (Vigo) son dos lugares donde comer rico y a buen precio sin llegar a entrar en las grandes ciudades. Si nuestro destino nos lleva, sin embargo, por la Autovía de las Rías Baixas (A-52), dos buenas opciones son ‘El Chiringuito del Río‘, en Puebla de Sanabria (Zamora), y ‘Fogar do Santiso‘, en Allariz (Ourense).
De punta a punta por la A-7
La Autovía del Mediterráneo (A-7) y la AP-7 recorren todo el este y sur penínsular, conectando Cataluña con Andalucía. En ‘Buffet d’Altafulla‘ (Alatafulla, Tarragona), el primer buffet de Cataluña, abierto en 1977, puede comer toda la comida sin renunciar a la calidad. Al llegar a Castellón, en ‘El Refugio‘ se desayuna con vistas a la naturaleza del Desert de les Palmes de Benicassim. En Alicante hay que probar el cuscús del ‘Bar Coratge‘, en Beniarbeig, famoso en toda la comarca, y en Murcia, ‘Venta El Abasto‘ sorprende en La Aparecida. Con los gurullos con costilla de ‘Venta El Pobre‘, en Níjar (Almería) toman el relevo gastronómico en esta carretera y Málaga también sorprende con sus ventas, como ‘Venta García‘, en Casares.
Hacia el País Vasco
La Autovía del Cantábrico (A-8) une Bizkaia con Lugo, siguiendo la costa cantábrica. En Bizkaia, más concretamente en Durango, los hermanos Kortabitarte a los fogones de ‘Kobika‘ innovan tanto en recetario como en emplatado. Ya en Cantabria, donde se acumulan la mayor parte de los Soletes de esta zona de la península, destaca el ambiente desenfadado de ‘Magnolia Castro‘, en Castro Urdiales, el cocido montañés de ‘Casa Cofiño‘ en Caviedes, y los quesos de ‘La Tienda de Pedro García‘, en Solares. Y si hablamos del Principado de Asturias, nos quedamos por ejemplo, con los dulces de ‘Palermo Delicastessen‘ en Tapia de Casariego, las almejas a la marinera de ‘Cabo Vidío‘ en Cudillero, y el paraje que rodea ‘Bateau’ en Bustio.
