El proyecto era tan prometedor como adecuado el tándem. Y durante algo más de un año han sido una pareja bien avenida, dando de qué hablar desde el principio y devolviendo parte del esplendor perdido al Club Allard con una laureada propuesta. Pero la alianza empresarial entre Grupo Allard y Martín Berasategui podría estar a punto de llegar a su final por desavenencias en la gestión.

Según aseguran diversas fuentes consultadas por Sivarious, la situación se precipitó la semana pasada con la renuncia voluntaria de Jose Mari Goñi como chef en el Club Allard. Considerado como uno de los discípulos más aventajados de Berasategui, dirigía las cocinas desde abril de 2023. Además de ser el gran artífice de la estrella Michelín del restaurante, lograda en un tiempo récord de ocho meses desde su reapertura, consiguió recuperar una sala frecuentada por el público entendido.

Medio año después de devolver al espacio a lo alto del escenario gastronómico capitalino, Goñi ha colgado la chaquetilla en Allard junto a parte de su equipo. Una renuncia totalmente inesperada y que, de momento, deja al espacio sin jefe de cocinas. Desde el grupo Berasategui señalan que su salida se ha producido de mutuo acuerdo tras alcanzar los objetivos marcados a nivel culinario. En el entorno del cocinero reconocen que se va satisfecho tras escribir su propia página gastronómica.

Las citadas fuentes aluden a discrepancias continuas respecto al rumbo del proyecto

Respecto a las razones detrás de esta dimisión en bloque, las citadas fuentes aluden a discrepancias continuas respecto al rumbo del proyecto. «El equipo de Goñi ha funcionado como un tiro tanto en la creatividad como la ejecución del proyecto gastronómico», apuntan sobre una situación que habría provocado el desgaste de las relaciones. De hecho, el desenlace de los acontecimientos hace que las condiciones del acuerdo de colaboración se encuentren actualmente bajo revisión entre ambas partes.

Hoy por hoy, el acuerdo se ciñe exclusivamente al club, donde Berasategui se encarga del asesoramiento gastronómico y grupo Allard aporta la inversión, que ronda el millón de euros anual. No obstante, llegó a incluir Madrí Madre. A caballo entre una taberna madrileña y un txoco vasco, el proyecto dio quebraderos de cabeza desde un principio. Entre otros, la designación de Iñaki Rodaballo. Pese a su experiencia como jefe de cocina, el chef vasco no superó los primeros servicios a puerta cerrada, lo que obligó a retrasar la apertura oficial más de un mes.

El testigo de la taberna lo tomó Diego Bueno, quien había trabajado con Berasategui en Lasarte y Amelia y contó en las semanas de rodaje con el respaldo de cocineros de su cantera. Hace unos meses, Allard optó por replantear la propuesta de Madrí Madre y desvincularla de la firma Berasategui.