Los hosteleros auguran un otoño ‘complicado’ ante la subida de costes y el riesgo de cierres

Todo apunta a un periodo otoño caliente. Aunque la hostelería está acostumbrada a salir por su propio pie de las peores situaciones, empieza a cundir el pesimismo entre los profesionales por los riesgos a los que se enfrenta el sector. Algunos sostenidos en los últimos meses, como son los precios de la luz, carburantes y alimentos, mientras que otros van tomando forma a medida que la temporada veraniega llega a su fin.

Todo lo anterior lleva a que los hosteleros miran con preocupación la amenaza de una recesión corte una recuperación todavía por apuntalar o que, a mayores, suponga el principio del fin para un ciclo económico de bonanza para una actividad que sigue siendo el principal motor de creación de empleo. Sin ir más lejos, el 48,3% de los empresarios consideran que la situación de su negocio va a empeorar a partir del tercer trimestre, según se refleja en el Indicador de Confianza Hostelera, elaborado trimestralmente por Hostelería de España a partir de una muestra representativa de establecimientos hosteleros.

Frente a este índice de expectativa negativo, un 27,1% de los encuestados se muestra optimista sobre la evolución de sus establecimientos en este periodo -que coincide con los meses fuertes de la temporada turística- y el 24,6% apunta a la estabilidad. Son valoraciones más moderadas que las del segundo trimestre, que estuvo marcado por el aumento del consumo motivado por la Semana Santa.

Entre los factores que los hosteleros creen que más interfieren en la buena marcha de sus negocios, como en períodos anteriores, los costes de la energía se mantienen como los que más preocupan, seguidos de los costes de las materias primas, que además suben de influencia. Sin embargo, es la caída de la demanda la que más aumenta.

El 48,3% de los empresarios consideran que la situación de su negocio va a empeorar a partir del tercer trimestre

Asimismo, con la inflación ya instalada en el 10,8%, los dueños de los bares y restaurantes estiman que la revisión de precio trasladada a sus cartas no sea suficiente para compensar el incremento de costes en los locales. Tal y como reflejan los últimos datos de IPC disponibles, en la restauración ha aumentado la mitad que a nivel general, provocando que los márgenes sean muy límitados.

De hecho, pese a que la mayor subida de precios se realizó al comienzo del verano, esta se situaba en el 6,1% al cierre de julio en todo el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta actualización permitió que, hasta mayo, la hostelería nacional recuperara la facturación de 2019, con esperanza de superarlas ante las perspectivas de una buena temporada alta. Ahora bien, la progresiva pérdida de poder adquisitivo del consumidor hace sospechar que el consumo se reducirá significativamente a la vuelta del verano.

Aumentan los concursos de acreedores

No ayudan en este sentido previsiones como la arrojada hace unos días por el economista Santiago Niño Becerra, quien apunta a un escenario en el de restauración en el que «irán a más los locales de alto nivel y los de muy bajo». Y, lo que es peor, augura que en los próximos meses se producirán cierres que pueden alcanzar el 75% de los restaurantes actuales. El diagnóstico ha puesto en alerta a unos expertos que, en el peor de los escenarios, hablan de un cierre del 30% en el caso de que los indicados turísticos se vean gravemente afectados.

Desde la Asociación de Hostelería de Elche avisaba esta misma semana que la desproporcionada subida de la luz amenaza la continuidad de muchos establecimientos de hostelería. En concreto, teme que la situación se lleve por delante a un tercio de los bares, restaurantes y cafeterías de la región. Si bien se trata de la única asociación que se ha manifestado a este respecto, en lo que va de año se han disparado un 28,26% los concursos de acreedores entre los negocios hosteleros españoles.