Angelito Vellón: el bandido de la copa de Jerez y canalla del maridaje
¡Ay mi gran amigo Angelito!… el bandido de los vinos del Barrio de las Letras, el que ha conquistado Madrid, la ciudad que lo vio nacer, no solo con su gran sonrisa contagiosa, sino con su inseparable copa de Jerez en la mano. Pero cuidado, que detrás de ese porte desenfado y castizo se oculta un verdadero “Canalla” de la vida, un maestro de los maestros pero que de angelito, solo tiene el nombre. Ángel Vellón es un impagable del mundo de la sumillería, que ha hecho del vino un arte del que todo el mundo deseamos disfrutar, ¡personaje único!
La historia de Ángel Vellón Camarasa comienza en los madriles, añada del 74, ¡gran cosecha!. Aunque hoy le podemos ver en las grandes ligas del vino, sus primeros pasos los dio con humildad, esfuerzo y perseverancia. Arrancó en la Escuela de Hostelería de la Casa de Campo, donde empieza a aprender los pequeños trucos del oficio. Entre fogones y copas, Angelito fue desarrollando su instinto y olfato especial para el vino y el mundo de la gastronomía. Pero ojo, no os dejéis engañar, este pícaro de sonrisa fácil ha sido siempre un bandido, no se quedó con ganas y ha salido en busca de más.
Su gran talento innato y curiosidad imparable, le llevó a posiciones de prestigio, se forma de sommelier en la Cámara Oficial de Comercio, donde empieza a pulir sus habilidades. Pero a este artista no le fue suficiente, siempre inquieto, y decide profundizar en su pasión por el vino y decide obtener el titulo de Master de comercialización del Vino en la Universidad Juan Carlos I. Por supuesto, su hambre de conocimiento no se detiene allí, Angelito se convierte en formador homologado de los vinos de Jerez, su amor a primera vista. Este bandido no solo derrama conocimientos, sino que contagia ese amor puro por esos vinos. Cualquiera que haya asistido a una de sus divertidas sesiones opina que con Ángel, cada copa es una lección, y cada sorbo, una historia. Te seduce con su encanto y al final, siempre terminamos queriendo más.
Es artífice del proyecto Taberna DisTinto
Dejó sus huellas en el Circulo de Bellas Artes, como maître en Restaurante la pecera, fue director nacional de ventas en Bodegas de Peñafiel, introdujo nuevas marcas en el mercado español como Botanic, Dos Maneras entre otros. Otro reto importante en su carrera fue la de director Grupo Tratorias La Bambola S.L. (franquicia de 17 locales y más de 350 trabajadores y una facturación de más de 15 millones de euros). Actualmente se ha convertido en Embajador de Los vinos de Jerez y caballero de la orden de champan y sumiller de Bodegas Cune. ¡Mucho nivel para este madrileño de pura cepa!
Con tanto conocimiento y picardía acumulada, Ángel junto a su socio y primo Iván de la Torre, otro gran personaje que se merece propio artículo, ponen en marcha su propio proyecto, Taberna DisTinto. Una joya escondida detrás del Palace a la vera de Medinaceli. Esta taberna de apariencia sencilla es en realidad un templo para los amantes del vino. Un refugio para los gatos que buscan un buen vino en un espacio único.
En DisTinto, el vino es el total y absoluto protagonista. Con un ambiente castizo y cercano que han sabido crear Ángel e Iván. Quien traspasa esa puerta como cliente se convierte en amigo. Desde desde el primer ¡Papi!, que te suelta Angelito te hace sentir de la gran familia del vino. Su carta es verdadera obra maestra en si misma, con ejemplares de toda España especialmente generosos y espumosos, sus dos grandes amores.
Para Angelito los vinos no son solo “vinos”, contienen cultura, historia, pasión y tradición, algo que se empeña en contar. Con él, el vino no se bebe, se vive. Cada copa de vino servida por Ángel es una muestra de pasión y conocimiento. Maestro de sonrisa eterna, cada recomendación suya es un viaje a los sentidos. Porque, como bien se dice en Madrid, “no está hecho el vino para los burros”, y con este encantador de la vida, cada copa es pura sabiduría embotellada. ¡Aupa Athletic!