Buñuelos de viento
Ingredientes:
Ideales como merienda, también como postre o, si sois golosos/as, a cualquier hora del día, los buñuelos de viento aportan esa exquisita mezcla de sabor-textura tan singular, con su capa exterior tersa y el interior ligero, casi hueco, su toque dulce, su aroma suave, su fantástico paladar.
Vamos, animaos a preparar este delicioso plato, seguro que os va a satisfacer. ¡¡Y a tus comensales más!!
Para preparar unos deliciosos buñuelos de viento seguiremos los siguientes pasos:
Cómo hacer buñuelos de viento:
- Antes de nada, procedemos a tamizar la harina. Para ello la pasamos por un colador, agitándolo con ligeros golpes, y que vaya cayendo en un recipiente o bol.
- Ponemos una cazuela a calentar a fuego medio, en la que vamos incorporando la leche, la mantequilla, el agua, la sal y el azúcar blanco.
- Subimos el fuego. Cuando empiece a hervir, apagamos. Si estamos usando vitrocerámica, retiramos la cazuela, para que no siga calentando. Echamos la harina y removemos cuidadosamente, que quede bien mezclado, sin grumos, hasta obtener una masa bien homogénea, observando que ésta no se quede pegada a las paredes de la olla. El utensilio ideal sería una lengua de cocina. En su defecto, una espátula de
madera. - Batimos los huevos en un bol aparte y los vamos añadiendo poco a poco, a la vez que batimos la masa con varillas, como cuando se hace una mayonesa. Al final, incluimos la levadura. Si usamos batidora, a velocidad baja.
- Retiramos y tapamos con film transparente. Dejamos enfriar en la nevera durante 1 hora.
- Una vez reposada la masa, procedemos a dar forma a los buñuelos. Para conseguir el tamaño clásico, lo ideal es conformarlos con dos cucharillas, cogiendo la masa con una de ellas e ir dando vueltas hasta obtener ese aspecto esférico típico de los buñuelos. Las cantidades que hemos elegido como ingredientes nos alcanzarán para preparar aproximadamente unos 30 a 35 buñuelos de este tamaño.
- Ponemos una sartén al fuego fuerte con abundante aceite de oliva. Freímos los buñuelos una vez se haya alcanzado la temperatura idónea; si el aceite no está suficientemente caliente quedarían muy grasientos (lo verificamos cuando echamos un poco de masa y hace burbujas). Los vamos incorporando en tandas de pocos en pocos, teniendo en cuenta que subirán bastante su volumen. Vamos dándoles vuelta con una espumadera y sacamos cuando estén bien dorados (unos 3 ó 4 minutos por cada tanda). Dejamos en una fuente con bastante papel de cocina, que vaya absorbiendo el aceite sobrante.
- Finalmente, espolvoreamos con el azúcar glas y la canela.
Ya tenemos nuestros ricos buñuelos de viento. Su degustación ideal sería en una merienda, con una buena taza de chocolate caliente. O un té, o un café con leche, si lo prefieres.
Si lo servimos de postre, casarían bien con nata montada y unos frutos rojos. Acompañados de un buen vino oloroso dulce de Jerez, por ejemplo.
El truco:
- Si empleamos harina especial de repostería, obtendremos un óptimo resultado de la masa, más esponjosa.
- A la hora de “bolear” la masa, si empleamos cucharillas, poner previamente en agua, para que la masa no se pegue. Si lo hacemos “a mano”, las impregnamos previamente con aceite, con el mismo objeto.
- Una variación muy interesante se conseguiría rellenando los buñuelos, mediante una incisión con un cuchillo e inyectando un relleno de nata, crema pastelera, mousse de chocolate, dulce de leche, mermelada de fresa, etc. Lo podemos efectuar con una manga pastelera. Si no disponemos de manga, con una bolsa de congelados, haciendo un corte en uno de los extremos inferiores.
- Si no vamos a consumir inmediatamente toda la masa preparada, tenemos la opción de congelarla, y así aprovecharla posteriormente.
Alérgenos:
La harina, la leche y la canela son susceptibles de reacción a alérgicos a dichas sustancias. Podrían sustituirse por algunos sucedáneos, pero no sería lo mismo.
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