Andrés Sánchez Magro

De María Li Bao se puede decir muchas cosas, e incluso contar novelerías. Pero lo que nadie puede negarle es esa tremenda capacidad para aperturar locales y trasmitir su personalidad a todos ellos. Siempre se ha contado que aterrizó en este país a la edad de 10 años, y que desde entonces los avatares de la vida le fueron encaminando hacia la pasión hostelera. Su verdadero nombre es Baoli(pequeño tesoro) Li Bao, pero harta que la portera de su casa la llamara niña, se cambió a María por que resultaba más fácil pronunciar y que podía memorizar fácilmente.

Desde pequeña ayudaba a sus padres en el pequeño restaurante familiar, en año y medio aprendió el español y ejercía de intérprete, y ya sabía todos los movimientos del negocio desde cuánto dinero había en el banco hasta tratar con los proveedores. Siendo muy pequeña prácticamente la hicieron una “mini empresaria” porque llevaba sin saberlo la responsabilidad de la familia con cuatro hermanos.

Con 17 años se puso por primera vez al mando del local, ya que sus padres tuvieron que ir al hospital, tras lo cual comprobaron que podían dejarla al frente de todo. Así comenzaron cada año a coger vacaciones a China dejando en sus manos la casa con la mayor tranquilidad.

María quería cambiar el concepto de comida china básica que ofrece todo el mundo, hacer algo diferente más allá de un arroz o un rollito, tenía ganas y toda la capacidad para lograrlo. Con únicamente 24 años abrió su primer restaurante de la veintena que ha llegado a tener a la vez. En el 2009 regresó a China para que sus hijas dominaran el idioma.

María Li Bao ha llegado a tener 20 restaurantes.

Aunque siempre ha confesado María que su verdadera vocación era el interiorismo, en realidad lo aplica en cada de uno de sus restaurantes, cada uno de ellos cuidado al más mínimo detalle. El negocio familiar tuvo un imán del que no pudo sustraerse. 

Su carácter indómito, su clase que hoy mantiene intacta, determinaron que se dejara llevar por el vértigo de los restaurantes. Siempre con la convicción que la cocina china debía ser interpretada para el gusto del país de acogida. En compañía de su hermano Felipe ha ido trazando una serie de casas de comidas que abarcan todos los espectros del gusto y el bolsillo. La más reciente creación llamada como una broma autorreferencial, con la inversión de sus apellidos. 

Bao Li supone un salto definitivo a la alta cocina cantonesa que parte de recetas tradicionales pero cuenta con un toque de vanguardia. María Li Bao y Felipe Li Bao te harán enamorar de su cocina y de un local espectacular donde vivirás de un delicado y extraordinario momento.

Cuando hablamos de estos hermanos, nos referimos a dos auténticos crack de la cocina asiática. Son el alma y el talento de varios restaurantes como el de China Crown, Shanghái mama, Sushi Bar Tottori, le Petit Dim Sum. no parar, crear, tener nombre y voz propia. Y la raza que hermana culturas.