Se retira un clásico

Por: Andrés Sánchez Magro
16 de junio del 2023
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Jesús Santos, un revolucionario discreto en la escena gastronómica de Madrid, ha dejado una huella imborrable en la escena culinaria de la capital. Con su llegada, trajo consigo la esencia de la perfecta cocina burguesa vasca, enriqueciendo la oferta culinaria de una ciudad que ya se había liberado de muchas caspas  y de los clásicos platos de huevos rotos.

Uno de los hitos más destacados en la carrera de Santos fue su trabajo en el reconocido restaurante Goizeko Wellington, que baja la persiana, previamente conocido como Goizeko Kabi y Gaztelupe. Durante su estancia en Goizeko Wellington, Santos se ha convertido en un maestro de la cocina vasca, creando platos emblemáticos que se han convertido en referentes gastronómicos. Entre ellos se encuentra el «Bacalao al pil-pil», un plato clásico de la cocina vasca que Santos elevó a nuevas alturas con su técnica impecable y su atención meticulosa a los detalles.

Otro plato icónico creado por Santos es el «Txangurro a la donostiarra», una deliciosa preparación de centollo con una mezcla de mariscos frescos, sofrito de cebolla y tomate, y gratinado al horno con una fina capa de pan rallado. Estos platos, entre otros, se han convertido en auténticas joyas culinarias y reflejan la maestría de Santos en la cocina vasca.

La cocina de Jesús Santos se caracteriza por su enfoque en los ingredientes de calidad y la técnica impecable. Cada plato es una experiencia sensorial única que combina sabores, texturas y presentaciones cautivadoras. Santos ha sido ingeniero en  el arte de combinar los sabores y crear platos equilibrados que deleitaban tanto al paladar como a la vista. Sus creaciones pasarán a la memoria como un tributo a la riqueza y diversidad de los productos locales, destacando los pescados y mariscos frescos del Cantábrico, las verduras de temporada y las carnes de alta calidad.

Además de su talento en la cocina, Jesús Santos queda como un apasionado defensor de la tradición culinaria y ha trabajado arduamente para preservarla. A través de su arte culinario, ha logrado transmitir la esencia de la cocina vasca y ha inspirado a una nueva generación de mandileros a seguir sus pasos. Sus platos emblemáticos son la prueba de su compromiso con las raíces culinarias, combinando técnicas tradicionales con su propia visión innovadora.

Aunque Goizeko Wellington cierre sus puertas, el legado de Jesús Santos en la escena gastronómica de Madrid perdurará. Su contribución ha sido fundamental para elevar los estándares de la cocina y ha dejado una marca imborrable en la ciudad. Los amantes de la buena comida siempre recordarán su nombre y su impacto en la escena culinaria madrileña. Inolvidable.

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