La ruta con los mejores restaurantes para comer en Alicante y Valencia

Cualquier parada en Valencia pasa por Aquarium. Uno de esos bares que bien podemos calificar como académicos, gracias al impecable servicio de camareros de toda la vida. Y a una coctelería que tiene sello, como su negroni en vasito pequeño, el limpio dry Martini, el estimulante bloody mary para el noctámbulo, y unos bocaditos ideales para cualquier momento del día. El cambio de titularidad al empresario Vicente Boluda le ha concedido un impulso para mantener la excepcional filosofía de la vida que existe en su barra y mesitas.

Un pionero en Alicante. Carlos Bosh, como gran ideólogo gastronómico y cultural que es, se inventó un espacio que podemos calificar como total. Con la complicidad del gran cocinero que es Sergio Sierra, preciso y buen colchonero, ha orquestado un lugar con ambiente, y no es algo superficial. Una decoración imaginativa y que cambia cada cierto tiempo como un teatro, musicón, barra brillante y mesas altas y bajas. A la fiesta se suma una oferta gastro de mercado, muy buen producto, la gamba roja en su puntazo y una bodega de mucho fondo. Para divertirse, comer muy rico y tener escaño en esa Casa de amigos.

La ciudad de Benidorm tiene muchas cargas simbólicas como destino del turismo de masas, las borracheras de los guiris o los pajaritos de María Jesús y su acordeón. También esconde un restaurante ideal para el alto en el camino. Tiene su punto clásico, pero incorpora elementos suficientes de contemporaneidad para hacerlo atractivo. Cocina mediterránea por derecho en un lugar con gusto. Inevitables arroces en su punto, la joyería náutica esperable, buenos cortes cárnicos y una bodega bien armada. Sitio perfecto para la celebración, el ligoteo, la copa o las tapas. Y la cartera no rasca.

Un chiringuito de toda la vida. Con una localización privilegiada en la Playa de la Olla de Altea, este negocio familiar te abre las puertas del mar. Sentarse en una de sus mesas supone alcanzar el sosiego, la tranquilidad y darse un masaje del estómago con delicias como el sepionet, los pescados de la zona, y unos arroces de verdadera lujuria. Imprescindibles el a banda, el de salmonete o el de rape, almejas y ajo tierno. El servicio es tan cálido como el momento que se vive en esa Casa. Un lujazo.

Para los que aman la gamba roja, el pulpo seco o los erizos, no hay lugar tan infalible en la costa alicantina como Sendra. Cocina muy de verdad, alejada de cualquier estereotipo vanguardista, y que ha sido disfrutada desde hace muchos años por los gourmets, viajeros, familias autóctonas y los que amamos un restaurante de larga sobremesa. Arrocería rica, donde se alcanza la excelencia en punto y presentación, y en definitiva toda una experiencia marinera para reconciliarnos con el restaurante de siempre. De los que no defraudan.

Para muchos vagabundos de la buena vida se trata de la mejor barra de España. Este bar que es también restaurante, se encuentra enclavado en el centro de la capital alicantina. Es obligado disfrutar de unos camareros que son verdaderos catedráticos en la atención, en el canto de platos y raciones, en la rapidez con que se despacha, o los cortes de jamón entre mil alicientes. Mariscos para los de pico fino, y todo lo que ese prodigioso mercado mediterráneo va arrojando a esta barra mítica. Para comer y beber como auténticos sultanes gourmets.

Cualquier ronda por el Levante, en esa lengua de felicidad que se extiende entre las dos capitales alicantina y valenciana, debe tener una estación en Casa Carmela. Dama centenaria resume todo el aroma de la Playa de La Malvarrosa valenciana, con lo que eso supone. Ha pasado el tiempo, y desde la humilde barraca de origen hoy se encuentra un poderoso restaurante para muchos públicos donde reina la paella. La hacen estupenda, infalible y siempre en su punto. Aunque también hay carta larga muy marinera y autóctona, junto a una oferta de vinos ideal para muchos paladares curiosos. Ya es un clásico.