Álvaro Palacios, el auténtico visionario del vino español
Álvaro Palacios es hoy uno de los enólogos más reconocidos en todo el planeta. Su nombre es casi un mito desde hace muchos años. Pero su trayectoria hasta la aristocracia enológica no ha sido ni mucho menos un camino de rosas. Nacido en Alfaro (La Rioja) en marzo de 1964, en el seno de una gran familia dedicada a la viticultura y elaboración de vinos (cinco generaciones), el genial Alvarito, como le conoce todo el mundo, creció entre aromas de la uva y el campo en la bodega familiar Bodegas Palacios Remondo. Todo ese bagaje y ADN influyó profundamente en su trayectoria vital y profesional. Estudió enología en Burdeos y realizó sus prácticas en algunas de las bodegas más prestigiosas del mundo, caso de Petrus. Esta experiencia le proporcionó una base sólida de viticultura y crianza. Su educación internacional y su trabajo en los viñedos, le dieron a Álvaro una sensibilidad especial para apreciar el vino más allá de lo tangible. Y empezó el baile.
En el 89 decide volver a España, inspirado por su estancia en Burdeos y con la convicción del potencial vinícola en su país natal, tras un reencuentro con René Barbier, un antiguo trabajador de la empresa familiar. Este le propone que se una al proyecto que tiene junto a otros apasionados del vino como José Luis Pérez y Carles Pastrana. Allí nace la primera añada del nuevo Priorat. En el 90 compra un viñedo y lo llamó Clos Dofí, instalándose en una región casi abandonada por aquel entonces. Con sus conocimientos y visión, fundó la Bodega Álvaro Palacios, y de su chistera salieron vinos que rápidamente ganaron reconocimiento mundial.
Este compromiso le condenó a vivir en en carreteras por jornadas larguísimas y a seducir con su encanto riojano y flamenco por rincones franceses y español. Prácticamente la totalidad de su sueldo se invertía en un viñedo al que peregrinaba cada fin de semana para dedicarle su total y absoluta dedicación. En el 92 lanza al mercado L´Ermita, un vino de más de 100 euros, el más caro de toda España en aquel momento. Un mágnum que fue adquirido en una subasta en New York despertando así un enorme interés por el público del vino. Había nacido una estrella.
Actualmente Álvaro posee 30 hectáreas de viñedos, pero sin duda alguna L`Ermita es la joya de la corona
Actualmente Álvaro posee 30 hectáreas de viñedos, pero sin duda alguna L`Ermita es la joya de la corona. La bodega está situada frente al municipio de Gratallops. Su construcción está pensada para trabajar con gravedad. Palacios adoptó una filosofía basada en la recuperación de practicas tradicionales y el respeto del terroir. Su experiencia le enseñó a valorar cómo la historia, el suelo y la luz influyen en la calidad del vino. O lo que él mismo cuenta, “aprendí a leer el vino”. Esta filosofía se refleja en sus esfuerzos por resucitar viñedos en lugares con una rica herencia cultural y religiosa, buscando siempre características únicas.
Su éxito en el Priorat de debió en gran parte a su apuesta por la garnacha, una uva tradicional subestimada. No solo consiguió revitalizar la región, sino que también cambio la percepción global sobre los vinos de Garnacha. Con mucho esfuerzo extiende su visión a otra región olvidada, “El Bierzo”. Junto a su sobrino Ricardo Pérez fundó Descendientes de J. Palacios, produciendo vinos de alta calidad con la uva autóctona Mencía, vinos que han recibido elogios de la critica internacionall. A todo esto se une que se ha hecho cargo de la bodega familiar, reduciendo la producción para enfocarse en la calidad aplicando su sello personal. Todo un reto más.
Así este inefable creador no para de recibir numerosos premios por su contribución al mundo del vino, incluido el del “Hombre del año” por una revista británica. Pero más allá de los premios, Álvarito es un precursor que ha dejado una marca indiscutible en la viticultura española. Su enfoque innovador y gran respeto a la tierra han marcado la transformación de regiones olvidadas en el epicentro de la producción de vinos de primera calidad. Su legado eleva a España a lo más alto, y su trabajo sigue inspirando y despertando interés a viticultores yenólogos. !Hoy brindo por este gran amigo y genio del vino español!.