Ángeles Parra (BioCultura): «La cultura de la sostenibilidad va penetrando en hoteles y restauración colectiva en general»

Ángeles Parra (BioCultura): «La cultura de la sostenibilidad va penetrando en hoteles y restauración colectiva en general»

miércoles 02 de noviembre del 2022 | 05:59

‘BioCultura 2022’ abre sus puertas este jueves y hasta el próximo domingo en IFEMA-Madrid. El gran punto de encuentro del sector de productos ‘Bio’ reunirá más de 400 empresas, más de 300 actividades paralaelas y una afluencia prevista de 50.000 visitantes. Una ocasión única para reivindicar la alimentación ecológica y el consumo responsable.

Hablamos con Ángeles Parra, directora de ‘BioCultura’, sobre las novedades de la edición y su papel ante la emergencia climática y alimentaria derivada de la situación actual. También sobre el peso creciente de la sostenibilidad en el mundo Horeca.

Teniendo en cuenta los factores logísticos, económicos y alimentarios que confluyen en la actualidad, ¿se puede decir que ‘BioCultura Madrid 2022’ es la edición más determinante?

Bueno… Todas las ferias de ‘BioCultura’ son muy determinantes e impactan muy positivamente en la sociedad. Hoy, estamos al borde de un gran colapso sistémico. Muchos sectores están a un tris de “morir”. En el campo de lo energético, lo económico, lo climático… La Humanidad está ante diversas encrucijadas. Es la tormenta perfecta. En ese sentido, todo lo que se haga para revertir la situación es muy trascendente. Todo cuenta. Desde el inicio de ‘BioCultura’ hemos predicado lo mismo: el cambio de hábitos… hacia la sostenibilidad real.

¿Cuáles son las principales novedades que plantea la edición de este año?

El sector es muy dinámico y joven, y muy femenino. Y, continuamente, en todos los sectores del universo ecológico surgen novedades de diversa índole. Por ejemplo, en el ámbito de la cosmética… es un no parar de innovaciones muy satisfactorias. De hecho, somos la vanguardia también en el sector agroalimentario y de otros diversos ámbitos productivos, como el de la moda sostenible.

En la feriahemos creado este año la Tribuna EcoJusticia. Desde su atalaya, muchos y muchas activistas nos alertarán de cuáles son los caminos más nocivos para nuestra salud y para la salud del medio ambiente. En la sala que hemos denominado “ElManicomio”, habrá conciertos y cultura para locos muy cuerdos. Y algunos ponentes de postín, como Nicolás Olea o Carlos de Prada, nos traerán sus novedades editoriales y sus nuevos hallazgos, que dibujan un panorama poco alentador para todos aquellos que no cuiden su salud y la de los ecosistemas. Pero el objetivo principal de ‘BioCultura’ es mostrar soluciones viables y que son además económicamente rentables para nuestras economías.

«El objetivo principal de ‘BioCultura’ es mostrar soluciones viables y que son además económicamente rentables para nuestras economías»

¿Qué impacto económico prevé generar la feria?

Van a ser 430 expositores y esperamos unos 50.000 visitantes. No tenemos cifras del impacto económico que supone, pero evidentemente se va a generar negocio para muchas empresas, y por supuesto en la propia ciudad de Madrid, con pernoctaciones de alrededor de 2.000 personas solo de empleados de las empresas expositoras más los visitantes que acudan de diferentes puntos de España y de fuera.

En la feria se hace venta directa también y eso es bueno para muchos expositores que son pequeñas empresas de producción propia. Además en época ya pre-navideña, muchísimas personas aprovechan para hacer las compras y regalos.

¿Detectan un interés creciente del mundo hostelero por la feria y su actividad?

Por supuesto que sí. Por un lado muchos chefs conocidos han incorporado en sus cocinas productos ecológicos por su alta calidad y también, cada vez más, por la cultura de la sostenibilidad que va penetrando en el hostelería y también en hoteles y restauración colectiva en general. Nos visitan numerosos chefs que acuden a la feria buscando el mejor producto directamente con el productor, ya que en la feria podemos encontrar de todo, desde frutas y verduras frescas, hasta en conserva, y también en formatos más grandes para hostelería.

Vinos, quesos, aceites de todo tipo, cereales, legumbres, hasta productos de alta gama de diversas categorías. También es una buena oportunidad para conocer tendencias en nuevos alimentos y preparados, poco conocidos.  En la feria se organiza también un showcooking ecogastronómico, en donde chefs, nutricionistas y productores se dan la mano para ofrecernos los mejores productos y recetas. Son cuatro días muy intensos de actividad gastronómica para todos los públicos. Incluso tenemos un espacio familiar en fin de semana donde se desarrollan talleres para niños/as para aprender a cocinar, elaborar pan, quesos…

¿El concepto de sostenibilidad ha calado realmente en el ámbito empresarial?

Yo creo que no. Con sinceridad. Mucha gente habla de sostenibilidad. Muchos empresarios y muchos políticos. Pero  es una sostenibilidad a la que le falta mucho contenido. No nos sirve. No es del todo real. Muchas veces es puro “greewashing”. Se llenan la boca con palabras como “sostenibilidad” pero sus actuaciones no van realmente encaminadas en ese sentido, sino a perpetuar la desastrosa actuación económica que nos ha traído hasta aquí. Muy pocos empresarios sí actúan con consciencia. Y, muchos de ellos, los vamos a encontrar en ‘BioCultura’.

¿Cómo valora las iniciativas que plantea el proyecto de ley contra el desperdicio alimentario?

Las valoramos positivamente; y forma parte importante de la solución a muchos problemas… Pero, una vez más, nos quedamos en mitad del camino. Podríamos ir mucho más lejos. También pasa lo mismo con todo el tema de los plásticos en los embalajes de la comida, la mayoría de ellos totalmente innecesarios.

Hacen falta políticas más valientes. Necesitamos legislaciones que cambien la situación de desastre ambiental que tenemos ahora hacia la regeneración. Se puede hacer mucho desde los Gobiernos. Hay que actuar con determinación y con rapidez. Falta valentía, agallas, independencia de los poderes más oscuros.

No somos un país puntero en prácticamente nada que tenga que ver con la sostenibilidad real. Sí, producimos mucho en ecológico, menos mal. Pero, realmente, esos productos se consumen muchos de ellos fuera de nuestras fronteras. El Gobierno podría favorecer fiscalmente a los productores ecológicos, podría ahorrarles el gasto que supone la certificación… Y, por otro lado, se podría gravar fiscalmente a los que contaminan, que hasta ahora han salido siempre de rositas…

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