La cafetera no sube en Vanadi Coffee. Su mal rendimiento en el BME, donde ha perdido más del 90% del valor de cotización en apenas seis meses ante las perspectivas negativas de negocio, ha obligado a la compañia a realizar varias ampliaciones de capital para sanear el patrimonio, anteponiendo las urgencias financieras por encima de la operación. Situación que, según alertaba recientemente su auditora, hace que la sociedad soporte una estructura de costes para una red de cafeterías muy superior a las que finalmente están operativas.

Hace un año, la cadena de cafeterías aspiraba a un crecimiento exponencial de sus ingresos, para una previsión de 9 millones de euros en 2025. No obstante, estas proyeciones estaban sujetas a su capacidad de aperturas, que apuntaban a 6 en 2023, 11 en 2024 y 16 en 2025. De esta forma, Vanadi Coffee estimaba alcanzar los 37 locales a lo largo de este periodo.

Sin embargo, la falta de financiación ha impedido abordar con garantías el calendario de inauguraciones previsto en su plan de negocio. Y, como consecuencia directa de la imposibilidad de ejecutar el plan de aperturas durante la segunda mitad del año pasado, el cierre provisional del ejercicio apunta a una facturación de 2 millones de euros y unas pérdidas de 2,3 millones. Y aunque de cara al presente 2024 prevé alcanzar unas ventas de 6,8 millones, también calcula cerrar con un déficit de 1,5 millones debido a los ajustes tanto en la operativa como en el perímetro empresarial.

La compañía estima cerrar el 2024 con unas ventas de 6,8 millones

«Este hecho impacta de forma significativa sobre la partida de aprovisionamientos, ya que dificulta la consecución de los objetivos de mejora de margen comercial derivados de disponer un mayor número de puntos de venta», indica Vanadi Coffee en una de sus últimas comunicaciones al BME. Y es que, si esta partida rozó el millón de euros en 2023, este año superará los 2,6 millones.

De la misma forma, espera casi duplicar la partida de gastos de personal hasta los 3,2 millones. Esto es consecuencia de, por un lado, los costes asociados a la reestructuración del equipo de central, los costes de salida del antiguo equipo y la incorporación de perfiles que aportan experiencia y capacidad de gestión eficiente. Por otro lado, el coste de la elevada rotación del personal de cafetería y cocina, que es común a todo el sector de la restauración en general.

Con todo, la compañía confía en el nuevo equipo de gestión, liderado por Vicente Terol. «Estamos orientando nuestros esfuerzos en disminuir de manera significativa esta elevada rotación. Los costes derivados del proceso de incorporación al BME Growth también han tenido un fuerte impacto en la partida de gastos de explotación».

Pese a la situación, el consejo de administración de la sociedad está realizando las gestiones necesarias para agilizar y consolidar el flujo de financiación que permita abordar las inversiones contempladas en la previsión para el ejercicio 2024. Igualmente, se continúan aplicando políticas de control de costes y de mejoras de los canales de venta de cara a alcanzar los niveles de rentabilidad en el medio y largo plazo.