Establiments Viena, una de las cadenas de restauración con mayor presencia en Cataluña, da por superados los tiempos convulsos que han supuesto estos últimos años para el sector. La cadena de restaurantes con sede en Vallés cerró el 2023 con unas ventas de 83,2 millones de euros, cifra un 8,1% por encima de la registrada el ejercicio anterior y muy cercana a los niveles de actividad previos a la pandemia.

El récord de facturación de Viena siguen siendo los 89 millones de euros que alcanzó en 2019. Durante el primer año de crisis sanitaria redujo un 42% su cifra de negocio, hasta los 51,2 millones de euros, para después iniciar una recuperación que le ha llevado casi tres años hasta estabilizar sus cuentas.

La cadena de comida rápida cuenta con una red de 56 establecimientos entre Cataluña (54) y Andorra (2), todos ellos en propiedad. Las ventas en locales suponen prácticamente la totalidad de su negocio, destacando el rendimiento de los espacios en el principado con una aportación por encima de los 4 millones de euros. Ajena a la ola expansiva que atraviesa al conjunto de la restauración organizada, la compañía se mantiene en una proporción de medio centenar de locales desde hace tiempo.

En abril 2021 la enseña de bocadillos replegó su presencia en Valencia al cerrar los dos establecimientos con los que contaba, medida que se sumó a la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE). Pese a la decisión de contraer el perímetro, ha mejorado el volumen de ingresos global y también su resultado financiero, toda vez que alcanzó un beneficio neto consolidado de 3,3 millones de euros, el doble que en 2022.

Asimismo, la compañía mantiene controlados partidas de gastos como las de personal, que aumentaron hasta los 35,3 millones con una plantilla por encima de los 1.500 trabajadors, o los costes operativos, que se situaron en 18,7 millones, un 11,7% por debajo de 2022.

Antes de la crisis sanitara, el grupo de restauración catalán focalizaba su objetivo en crecer dentro de Cataluña y Valencia y descartaba la idea de llegar a nuevas comunidades. Precisamente, al mercado vecino valenciano llegó durante la crisis financiera del 2008, donde aspiraba a crecer de forma progresiva hasta alcanzar la barrera de los 100 millones de facturación.