El Museo Nacional del Prado ha sacado a concurso su servicio de restauración. La licitación abarca la gestión de la restauración para el visitante, el Café Prado, comedor de empleados, máquinas de vending y la prestación en exclusiva del servicio de catering para la cesión de sus espacios.

Destinado a los visitantes del Museo, la restauración en el Museo Nacional del Prado tiene por objeto ser un complemento de calidad a la visita. Por el elevado número de visitantes del Museo, que alcanzó los 3,2 millones en 2023, «es un servicio con un potencial de generación de ingresos importante», indica el Ministerio de Cultura en los pliegos.

El contrato tiene un valor estimado de 16,5 millones de euros por un máximo de cinco años. Según los pliegos, la facturación estimada durante los tres primeros años rondaría los 12 millones, a la que se sumarían otros 8 millones por una posible prórroga de dos años. A estas cantidades hay que restarle un canon fijo anual de 450.000 euros en el Café Prado y de 48.000 euros para el catering. A ello se sumaría otro canon variable del 5% para facturaciones entre un millón y 20 millones de euros.

El espacio principal del Café Prado está integrado arquitectónicamente de forma neutra en la parte posterior del hall de Jerónimos. Las principales exigencias del servicio son la agilidad y flexibilidad para adecuarse a la variación de afluencia de visitantes a lo largo del día y de la semana, la adaptación a la internacionalidad de los visitantes, sus horarios y costumbres.

Se exige adecuar la oferta gastronómica al público internacional

En cuanto a su oferta gastronómica, se exige una adecuación en precio al mercado de restauración de la geografía española. El menú debe rotar estacionalmente con las estaciones de los alimentos y los hábitos en cada momento, y la oferta debe adaptarse a la franja horaria y las horas de servicio parar el público internacional.

• Recientemente se ha completado con éxito la oferta con un espacio en el edificio de Villanueva, en la Galería Jónica Sur con un concepto de salón de té. La gestión de estos negocios debe responder a una concienciación y adecuación a la normativa de gestionar adecuadamente los sobrantes de alimentos. Asimismo, los precios de venta al público se definen por la empresa adjudicataria atendiendo a los precios de mercado y del entorno del Museo, podrán ser actualizados a lo largo del contrato, y deben ser previamente aprobados por el museo.

El servicio de catering en el museo es un complemento a una visita o acto normalmente celebrado a puerta cerrada y en los espacios definidos a tal efecto. La empresa adjudicataria gestionará todos los catering de la cesión de espacios y en la oferta del concurso se valorará el apoyo comercial para la promoción de los mismos. La tipología de eventos habitualmente son reuniones, conferencias, entrega de premios, coffee breaks, desayuno, cóctel, vino español, almuerzo, cena…

En la propuesta del catering la variedad es imprescindible en todos los niveles, oferta de precio y gastronómica. En líneas generales, deberá ser capaz de adaptarse y aportar soluciones de servicio según las diferentes características y tipología de cada de evento, horario, espacio y cliente. «Las empresas que solicitan realizar actos en el Museo son clientes privados y públicos por lo que el adjudicatario debe comprometerse a ajustar su oferta a los requisitos específicos de ambos», se indica en la licitación.