Tarta Sacher

Tarta Sacher
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos)
Cargando...
  • Esta receta contiene Gluten
  • Esta receta contiene Huevos
  • Esta receta contiene Lactosa
Tiempo de Preparación
100 minutos
Número de Raciones
4 personas
Categoría de la receta

Ingredientes:

Hoy os queremos desvelar los secretos del que se considera que es una de las mejores creaciones de la repostería. Nos referimos a la increíble tarta Sacher.

Bizcocho de dos o tres capas relleno de mermelada de albaricoque y cubierto de un suave glaseado de chocolate ¿Cómo os suena? Delicioso, ¿verdad?

Este postre fue creado / inventado por el pastelero austriaco Franz Sacher en 1832, cuando tan solo tenía 16 años. Lo hizo bajo la presión del príncipe Klemens Von Metternich que quería sorprender a sus invitados. ¿Creéis que lo consiguió? Estamos seguros de que sí, y más sabiendo que este dulce sigue estando entre los top 10 de la repostería hoy en día.

Por ello, si logró hacer esta exquisita tarta con 16 años. ¿Os creéis capaces de replicarla? Seguro que lo conseguís con esta detallada y minuciosa receta de la tarta Sacher.

Cómo hacer tarta Sacher:

Antes de empezar, es importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente. También debemos tener en cuenta, usar azúcar glass en vez de azúcar normal, podemos hacerlo en casa pasándolo previamente por un triturador de alimentos añadiendo una cucharita de maicena para que quede súper fino.

  1. Lo primero que debemos hacer es precalentar el horno a 175º, como os decimos siempre, retirando previamente todas las bandejas, usando ambas resistencias y el ventilador. Posteriormente, cogemos un molde redondo de repostería o desmoldable, de unos 23 cm y lo forramos con papel de horno. Reservamos.
  2. Después, derretimos las barras de chocolate al baño maría. Es lo primero que debemos hacer para que se vaya atemperando para cuando llegue la hora de agregarlo a la mezcla que vamos a preparar. Tras ello, cogemos los huevos y separamos las claras de las yemas. Reservamos ambos recipientes.
  3. Nos hacemos con un bol o cuenco grande y agregamos la mantequilla a temperatura ambiente y 100 gramos de azúcar glass. Batimos con unas varillas de mano, o eléctricas, hasta que quede una mezcla homogénea, pálida y esponjosa. Nos puede llevar unos 3 minutos.
  4. A continuación, incorporamos el extracto de vainilla o el interior de la vaina, según lo que hayamos escogido, y una yema de huevo. Volvemos a batir. Repetimos el proceso con cada una de las yemas de huevo. Una vez hayamos agregado todas las yemas y batido después hasta integrarlas por completo, añadimos el chocolate frío derretido. Continuamos batiendo hasta que esté cremoso. Nos llevará unos 2 minutos. Reservamos.
  5. Cogemos el cuenco grande de las claras de los huevos y echamos la pizca de sal. Batimos con las varillas eléctricas a velocidad media-alta hasta que estén espumosas, 1 minuto, más o menos. Seguidamente, echamos los otros 100 gramos de azúcar glass y batimos a velocidad alta hasta que se formen picos rígidos. Tardaremos unos 5 minutos. Reservamos.
  6. Ahora, toca uno de los pasos más importantes. Volvemos a coger el cuenco de la mezcla con el chocolate, y con cuidado y poco a poco, vamos a ir agregando la mezcla de las claras a este. ¡Importante no agregarlo de golpe! Os aconsejamos que lo hagamos en tres tandas, y cada vez removamos con una espátula de silicona con movimientos envolventes en una sola dirección. Esto lo hacemos para que las claras no se bajen.
  7. Tras ello, vamos a añadir la harina, tamizada, si la tamizáis dos veces mejor, a la mezcla anterior. Al igual que en el paso anterior, iremos poco a poco. Mezclamos igual que en el paso 6 hasta que esté completamente integrada. Hay que tener cuidado de no sobrecargar la masa, ya que esta se puede desinflar y no subir tanto como nos gustaría. Nos debe quedar una masa ligera, sedosa y esponjosa.
  8. Echamos la mezcla al molde preparado con antelación y extendemos uniformemente. Metemos en el horno durante unos 50 / 60 minutos, aunque dependerá de la potencia que tenga vuestro horno. Para comprobarlo, insertamos un palillo, o un cuchillo en el centro del pastel y tiene que salir limpio. Una vez hecho, retiramos del horno y dejamos que enfríe por completo.
  9. Pasamos a la elaboración del relleno, mermelada de albaricoque. Si la queremos casera, solo tenéis que seguir los pasos de nuestra receta de mermelada de fresa, o bien de la mermelada de kiwi. Una vez hecha, pasamos la mermelada de albaricoque a través de un colador para retirarle los trozos de fruta. Vertemos el resultado en una cacerola, agregamos el ron y cocinamos a fuego medio, unos 2 minutos. Retiramos del fuego y reservamos.
  10. Una vez el bizcocho de chocolate esté frío, cortamos con cuidado una fina capa para que quede completamente plano. Continuamos dándole la vuelta y haciendo 1 o 2 cortes más del mismo grosos. Repartimos 2/3 de la mermelada en la o las capas creadas y volvemos a montar el pastel. Repartimos el resto de la mermelada por encima hasta cubrirlo bien, lados incluidos. Dejamos que seque a temperatura ambiente durante 1 hora o hasta que la mermelada esté seca al tacto.
  11. Aprovechamos el tiempo para ir haciendo el glaseado de chocolate. Cogemos una cacerola grande a fuego lento y ponemos unos 5 cm de altura con agua. Colocamos un cuenco grande de cristal resistente al calor por encima que cubra por completo la olla, y que no toque el agua. Echamos el chocolate para la cobertura y la mantequilla. Derretimos lentamente durante unos 5 minutos. Removemos con una espátula de silicona hasta que esté todo derretido e integrado. Retiramos el cuenco del fuego y dejamos reposar otras 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
  12. Ya solo queda cubrir nuestra tarta con el glaseado. En esta ocasión lo echamos de una vez y rápidamente con una espátula larga para glasear, lo extendemos para nivelar y dejar que el glaseado caiga por los lados del pastel para cubrirlo por completo. Dejamos reposar 1 hora más hasta que seque.

¡Listo! Sí, es una receta muy laboriosa, y debemos ponerle mucho amor, pero alucinaréis con el resultado. La tarta Sacher se suele servir con un poquito de nata montada, si seguís animados la podéis preparar casera, o comprar una en el supermercado.

A disfrutar que os lo habéis ganado 🙂

Buscador de recetas

Recetas Relacionadas