Pescaderías Coruñesas insufla oxígeno a Lhardy para acelerar su viabilidad

Pescaderías Coruñesas insufla oxígeno a Lhardy para acelerar su viabilidad

jueves 13 de octubre del 2022 | 01:07

Estuvo al borde del cierre, pero un caballero blanco acudió al rescate en el momento decisivo. Fue a principios de 2021 cuando Lhardy entró en preconcurso de acreedores. Pero cuando muchos temían un Madrid sin el icónico restaurante, en contra de lo escrito por Azorín, en la primavera de ese año Pescaderías Coruñesas llegó a un acuerdo con los 14 propietarios (pertenecientes a varias familias) del local fundado en 1839 para cerrar su compraventa.

Casi dos años después del compromiso para mantener vivo un capítulo clave en la hostelería madrileña, Lhardy vuelve a ser viable. De ello se han encargado los hermanos García Azpiroz, al renovar la trastienda política del país pero sin alterar su esencia y clase. Porque no solo compraron el restaurante, también se hicieron con la propiedad de la tienda y el edificio de la Carrera de San Jerónimo 8 bajo la promesa de mantener a los 40 empleados en plantilla.

Más allá de su aire de museo, el restaurante vuelve a lucir una cocina brillante, con la receta antigua del pato a la naranja, el solomillo Wellington o el cocido, emblema de la casa.

El grupo ha inyectado un crédito de 1,44 millones de euros en el restaurante tras su compra

Según afirmaba Diego García Azpiroz en una entrevista reciente a Vanity Fair, a partir de este octubre volvería a ser un proyecto factible. Pero para remolcar el Lhardy hasta la orilla ha hecho falta la inyección de importantes recursos, tanto humanos para recuperar la calidad de su servicio como económicos para dejar atrás los números rojos.

Según el último informe de cuentas de Pescaderías Coruñesas, , proveedor de confianza del negocio, durante el año pasado concedió un crédito a largo plazo de 1,44 millones de euros a Lhardy. Se trata de un préstamo con vencimiento en 2031, plazo suficiente para devolver el brillo a las cuentas del restaurante, que al cierre de 2021 acumulaba un déficit supeior a millón y medio de euros.

El 2020, primer año de pandemia, se saldó con una facturación inferior al millón de euros, cifra que se recuperó hasta los 1,4 millones al año siguiente, por debajo todavía a la de épocas anteriores. Hay que tener en cuenta que, con el negocio a medio gas, la mitad de la plantilla (una veintena de empleados) se ha mantenido en ERTE durante dos años, desde el estallido de la pandemia hasta el pasado marzo.

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