KFC no da su ala a torcer en España. La marca global de restaurantes de pollo frito finalizó el año logrando el gran hito de haber superado su cifra de aperturas de 2019, que hasta ahora ostentaba su récord anual, con un total de 30 nuevos restaurantes en 2022. Nuevos puntos de venta que permitieron acabar el ejercicio con 247 establecimientos en el mercado español, cifra que llega hasta los 304 si se cuentan los ubicados en Portugal.

La cadena de restauración puso fin al año inaugurando en la última semana hasta seis nuevos locales. Especialmente ha reforzado todavía más su presencia en la Comunidad Valenciana, con cuatro enseñas, y Madrid con otras nueve. A nivel nacional, KFC España ha experimentado un notable crecimiento en términos de posicionamiento y notoriedad en todo el territorio. Gracias principalmente a su estrategia de crecimiento, fundamentada en ampliar posiciones en las grandes ciudades, así como en acercar la cadena a nuevos municipios.

Entre otros hitos cosechados durante el año pasado, logró abarcar la totalidad de provincias gallegas tras poner la pica en Orense, además de crecer en Murcia, Aragón o Andalucía. El plan de aperturas llevado a cabo ha permitido a la cadena de restaurantes fomentar la creación de empleo con la generación de más de 1.000 puestos de trabajos entre todas las zonas en las que ha desarrollado su expansión.

Actualmente triplica en número de locales a Popeyes, su competidor más directo. La marca que ha llegado a España en el 2019 ha mantenido una vertiginosa estrategia de implantación. Ha logrado 82 restaurantes y prevé abrir 40 durante este año, para acabar con 122 locales y 3.000 empleos.

La guerra por liderar el mercado del pollo también se libra en términos económicos. Popeyes alcanzó los 60 millones de euros en ventas el año pasado, aunque confía en llegar a los 100 a finales del ejercicio. Por su parte, KFC supera holgadamente esta cifra de negocio. La inversión en restaurantes de ambas marcas es similar y ronda los 800.000 euros por local, con una estrategia de tener pocos franquiciados locales. No obstante, en el caso de la primera el 80% de los restaurantes son explotados por RBI.