Cuando decidió volar solo, Ciro Cristiano ya intuía que el viento soplaría a su favor. Salir del abrigo del Grupo Big Mamma para emprender por cuenta propia suponía un verdadero desafío, pero el artífice de Villa Capri y Bel Mondo tenía claro que su restaurante no pasaría desapercibido en la escena madrileña. También los amigos y colaboradores que desde el principio le respaldaron, conscientes de su potencial como restaurador y empresario.

No ha pasado ni un año desde que el jolgorio de Baldoria llegó a la calle Ortega y Gasset 100 (en la frontera del barrio Salamanca). Tiempo en el que, además de suprar el efecto champagne de la inauguración con reservas completas a día de hoy, el restaurante se ha alzado con el premio a la mejor apertura del año del prestigioso ranking ’50 Top Pizza Europa 2023′.

Lejos de relajarse, y animados por la buena acogida de Baldoria, Ciro y su gente ya preparan la que será su próxima aventura empresarial: Beata Pasta. Se trata de un concepto inspirado en las trattorias de Bolonia y los pasta bar de Londres que, como se desprende del propio nombre, nace para rendir homenaje a la pasta.

«El objetivo es democratizar la pasta fresca hecha a mano en Madrid, volver más accesible el producto«, revela Ciro en conversaciones con Sivarious sobre su nueva enseña, que aspira a convertir en cadena. «Por la experiencia que tengo, a los madrileños les gusta más la pasta que la pizza», indica convencido del nicho de negocio que puede representar.

Beata Pasta aspira a ser una cadena y el primer local abrirá en la glorieta de Bilbao

Comenta que la clave de Beata Pasta, tanto en concepto como en escalabilidad, está en plantear un tique más reducido. Gracias principalmente al propio concepto de restaurante monoproducto que, unido a un modelo de alta rotación, permite ajustar los costes lo suficiente. «Una carbonara de buena calidad puede costar 8 o 9 euros».

«Pretendo que puedas comer en media hora, pero el reto está en dar forma a una técnica propia de las cadenas de restauración con la calidad de producto y servicio de la alta cocina», expone. Una cuestión nada menor si se tiene en cuenta que, en lo referido a pastas frescas, cada una tiene su propio tiempo de cocción.

Aunque todavía está en desarrollo, Beata Pasta tendrá un diseño desenfadado, con el obrador a plena vista desde la calle, y un servicio altamente digitalizado. Según el chef napolitano, «la decoración será llamativa, con mucho colorido, y al sentarte te explicarán cómo funciona y a pedir con un código QR».

Porque, aunque el delivery y take away tendrán un peso mayor que en Baldoria, la experiencia está dirigida al consumo sala, que según sus estimaciones podría suponer alrededor del 80% de la actividad. Ahora bien, a Ciro le bullen las ideas en cuanto las posibilidades de negocio y ya habla de Beata Pasta como una realidad. «Nos vamos a enfocar también en kits de pasta para que puedas hacerlo en casa y disfrutar esa experiencia».

Con la idea de echar a andar cuanto antes el nuevo proyecto, ha cerrado el alquiler de dos locales en el mismo centro de Madrid. El primero de ellos en el número 4 de la Glorieta de Bilbao, una ubicación con mucho tránsito. «Tiene un buen equilibrio entre residencial, oficinas y turismo», indica respecto a la estrategia de abrir en zonas de gran demanda. De hecho, el segundo establecimiento está junto a la plaza de Los Cubos.

En un momento en el que Italia está más de moda que nunca, Ciro destaca el alto nivel de la cocina transalpina, particularmente en Madrid. Situación que no le impide lanzarse a crear nuevos conceptos como Beata Pasta. «Cada restaurante tiene su clientela y tener acceso a una buena pasta no es una cuestión de oporunidad, sino que es justo», concluye.