Cata Lupu, el señor de la carne

Cata Lupu, el señor de la carne

jueves 18 de abril del 2024 | 08:56
B2C

Andrés Sánchez Magro

En los mentideros madrileños se comenta que el mejor parrillero que oficia por estos pagos no es gato sino rumano. El chavea se llama Cata Lupu. Y es uno de esos personajes que ha recorrido el mundo para encontrar destino y voz propia. En su caso, persiguiendo como un obseso los mejores cortes cárnicos de toda Europa.

En la Taberna de Elia, en la acomodada zona de Pozuelo, hay un oasis de verdadera felicidad coquinaria frente a otros locales más burgueses y
aburridos. La cofradía de bucaneros carnívoros que sirven la taberna, tiene la misma raza de tripulantes de un barco pirata de alegrías también líquidas.

En ese adictivo rincón no solo hay una antología de buey gallego, la ternera abulense, los siempre apabullantes cortes argentinos, las sugestivas
expresiones del Kobe, sino bodega hecha a medida por el propio Cata y por los parroquianos de pico fino. Cata nos propone cuatro variados menús: verde, del mar, carnívoro y clasic, que incluye postre. A elegir entre una deliciosa tarta de queso o tocino de cielo. Menús para comensales pares, buena excusa para ir acompañado.

Esta taberna non-stop, este Museo del Prado de la carne, es ya lugar de culto. (Abierto de lunes a domingo, los siete días de la semana). De ese que profesan los amantes de sus icónicos pistos, el bacalao o el buen torrezno, y el disfrute de un lugar donde una vez uno toma escaño ya nunca quiere volver a casa. Si acaso deba volverse a la misma, claro.

En esta década de la taberna, donde a la cartera se le maltrata lo justo, este auténtico señor de las carnes ha puesto bandera también en San Lorenzo del Escorial. Su nueva criatura responde por Luz de Lumbre. Más parrilla, más magnífico punto con el fuego, y un guiño para todos los públicos con un precio medio que incluso puede pagar la presión fiscal de cualquier gobierno. Cata es por derecho quien conoce los secretos de las entrañas cárnicas y de la buena vida. “Por favor camarero, sírvame otro vinito mientras se hace la carne”.

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