Azotea Grupo da la bienvenida a tres nuevos espacios gastronómicos y de ocio ubicados todos ellos en el emblemático Palacio de Cibeles. El grupo de restauración madrileño suma estos espacio a otros que ya gestiona y que lo han posicionado como líder en España en el segmento de las azoteas.

Estas son: Azotea del Círculo de Bellas, Azotea Forus Barceló, Picalagartos Sky Bar & Restaurant y el Club Financiero Génova, todas en Madrid. Este singular edificio, actual sede del Ayuntamiento de Madrid, acapara las miradas de los turistas que llegan a la ciudad y de los madrileños, siendo también un destino cultural. El que fue el antiguo Palacio de Telecomunicaciones es un edificio que fue construido a principios del siglo XX y diseñado por los arquitectos Antonio Palacios – este año se celebra el 150 aniversario de su nacimiento– y Joaquín Otamendi y está catalogado como Bien de Interés Cultural.

El grupo madrileño de restauración inaugura así el nuevo restaurante Cornamusa y su terraza y el rooftop Azotea Cibeles, ambos situados en la planta 6 del edificio con unas vistas privilegiadas de la Plaza de Cibeles, la Gran Vía, el Pasaje de la Luz y todo el skyline de Madrid. A estos dos espacios se suma una cafetería situada en la planta segunda llamada Café Cibeles. 

La propuesta la firman Manuel Berganza y Jesús Almagro

“El esfuerzo que hemos realizado a lo largo de los 10 años de vida de Azotea Grupo –desde que abrimos Azotea del Círculo de Bellas Artes– se ha visto recompensado al poder gestionar estos tres espacios situados un lugar tan icónico en Madrid como es el Palacio de Cibeles. Para nosotros es la culminación del trabajo de nuestro Grupo en Madrid”, reflexiona José Manuel García, CEO de Azotea Grupo. Y añade: “Hemos querido crear tres conceptos diferentes para estos tres espacios, con los que tanto los madrileños como los visitantes puedan disfrutar de un edificio tan emblemático como es el Palacio de Cibeles y poner en valor, además, las materias primas que ofrece Madrid”. 

En total suponen más de 1.000m² de conceptos independientes dedicados al ocio y a la gastronomía con capacidad para más de 350 clientes de manera simultánea a lo largo de los diferentes espacios que han sido reformados de manera integral, ofreciendo un diseño elegante y cosmopolita obra del estudio de interiorismo de Alejandra Pombo. “Hemos querido rendir homenaje al legado arquitectónico del icónico edificio inspirados por la imponente figura del arquitecto Antonio Palacios, dedicando nuestra labor a capturar la esencia de su visión en cada detalle de nuestro diseño. Es un proyecto que busca fusionar la historia y la modernidad con un proyecto innovador”, destaca Pombo.

Cornamusa Cibeles, una elaborada sencillez

El nuevo restaurante del Palacio de Cibeles recibe el nombre de Cornamusa, haciendo referencia al instrumento que aparece en el logo de Correos, ya que este edificio fue la antigua sede de esta empresa. Este elemento –y su vinculación con el mundo del correo y las comunicaciones– vertebra la experiencia que el cliente vive en este espacio. 

Esto supone que todo está vinculado con la historia que cuenta, desde los uniformes –inspirados en los antiguos de Correos–; hasta los materiales que se han empleado en su interiorismo con el protagonismo indiscutible del cobre; la carta con la propuesta gastronómica; el modo en el que el cliente recibe la cuenta y un gran número de pequeños detalles que sorprenderán al cliente desde su llegada hasta su despedida. Cornamusa es una elaborada sencillez, sinónimo de autenticidad, hospitalidad, simplicidad y dedicación. El restaurante cuenta con un espacio interior, con capacidad para 60 comensales, así como con una terraza con vistas a Madrid y capacidad para 65 comensales, ofreciendo ambas zonas la misma experiencia.

El sello gastronómico de Jesús Almagro con el producto madrileño

La propuesta gastronómica de Cornamusa es el resultado del trabajo conjunto de Manuel Berganza, chef ejecutivo de Azotea Grupo, y Jesús Almagro, jefe de cocina de Cornamusa. Ambos han desarrollado una carta que rinde homenaje a lo mejor de la gastronomía madrileña, ligada a la historia y al recetario de la ciudad, a través de creaciones de alto nivel en las que todo el protagonismo reside en el producto. 

La carta de Cornamusa es muy dinámica e irá cambiando continuamente

El servicio de Cornamusa es exquisito en forma, pero sin olvidar la cercanía. La carta de Cornamusa es concisa y muchas de sus creaciones están ligadas al producto local de Madrid y a la temporalidad de las materias primas empleadas, colaborando con pequeños productores de la Comunidad de Madrid y consiguiendo un resultado que abandera la honestidad y la cercanía. “Queremos que se genere una conversación entre el servicio de sala y el cliente, para ofrecer una experiencia muy personalizada para cada mesa y para sus comensales”, cuenta Manuel Berganza. Por su parte, Jesús Almagro, reflexiona que: “Cornamusa y todo su equipo tiene el compromiso de darle visibilidad y defender el producto y productores de Madrid a través de los diálogos que se formen entre cocina y los artesanos”.

La carta de Cornamusa es muy dinámica e irá cambiando continuamente, logrando así que el cliente encuentre novedades en cada visita al restaurante. Alguno de los platos que destacan de toda la propuesta de Cornamusa son el Solomillo de vaca de Guadarrama con emulsión de mostaza, setas y tuétano asado; el Arroz ahumado y queso de cabra con tendones de ternera y remolachas asadas; la Berenjena, setas y trufa hecho un canelón, piñones de Castilla y lascas de trufa; la Ventresca de cordero crujiente y menestra de verduras de la huerta de Aranjuez; las Pencas de acelgas a la importancia rellenas de centollo y salsa de azafrán; el Rape negro con salsa de mantequilla de Miraflores y caviar; el Roulade de conejo en pepitoria con carabineros y cebollitas glaseadas; entre otros.

Cócteles que invitan a viajar

Otro de los elementos destacables de Cornamusa es la coctelería, cuya propuesta firma Luca Anastasio, director de bares y mixología de Azotea Grupo. Su idea para este espacio supone un homenaje a Correos y a su labor para conectar los países de Europa y de América con Madrid. Así, podemos encontrar el Garibaldi in Sicilia (Italia), con bitter Campari, vino dulce Marsala, naranja de Sicilia, pistacho con limón de Siracusa; el Apple Pie Sazerac (Estados Unidos), con whiskey Rye, Cognac Martell Cordon Bleu, sirope de Apple Pie casero, perfume de absenta, Bitters Peychauds & Angostura; el Guérande Kir Royale (Francia), con licor de cassis artesanal, champán brut y flor de sal de Guérande; el Daiquiri Habanero (Cuba), con Havana Club 7, sirope de azúcar de caña, zumo de lima, plátano, hojas de puro cubano; el Pisco Sour de Guayaba (Perú), con pisco acholado, sirope de azúcar Inca, zumo de lima, phisalys, guayaba, bitters peruano; el Burning Marga•Rita (México), con tequila Olmeca Reposado, licor de chile chipotle, zumo de lima, sirope de agave ecológico, frutas tropicales, salsa Chamay y Miguelitos; el Cold Brew Irish Coffee (Irlanda), con whiskey Jameson, sirope de crema irlandesa, café Cold Brew y nata semi montada; y el Butterscotch Espresso Martini (Inglaterra), con vodka Absolut Vanilla, Licor de café Kahlúa, sirope de butterscotch casero, café espresso 100% Arábica.

El interiorismo: un homenaje a la historia de Correos

La decoración es otro de los pilares fundamentales de este proyecto y está firmado por el estudio de Alejandra Pombo, con un diseño inspirado en la llegada del correo a la ciudad de Madrid. Cornamusa da la bienvenida al comensal con una imponente barra en forma ovalada con un diseño en piedra y lamas de color granate, que se erige como el centro de atención desde el primer momento. Las mesas del espacio interior restaurante se sitúan alrededor de un lucernario central ofreciendo una simetría perfecta en el espacio. Tanto el mobiliario como la iluminación de este espacio reflejan la honestidad en los materiales, un concepto que va en paralelo a la propuesta gastronómica que se ofrece. Lo mismo ocurre en la terraza exterior, en la que se despliegan sus mesas ofreciendo unas vistas privilegiadas de Madrid, logrando ser para el visitante una carta de presentación de la ciudad.

En definitiva, la experiencia que brinda Cornamusa es una carta escrita a un ser querido en la que el comensal podrá contar su recorrido por Madrid como una experiencia inolvidable y digna de recordar y contar. 

Azotea Cibeles, el cielo de Madrid desde otra perspectiva

La nueva Azotea Cibeles ofrece una experiencia inigualable con unas de las vistas más especiales de Madrid en un espacio cargado de belleza dentro de un edificio singular como este. Está llamada a convertirse en una de las direcciones de moda tanto para los madrileños como para los visitantes nacionales en internacionales. La propuesta de Azotea Cibeles se construye en torno a los cócteles y al disfrute de las bebidas más selectas. La carta de cócteles, firmada por Luca Anastasio y su equipo, hace un viaje entre los clásicos y las nuevas creaciones de autor.

Para acompañar esta propuesta Manuel Berganza y Jesús Almagro presentan para este espacio una carta más informal para degustar en pequeños bocados individuales o para compartir. Entre ellos destacan la Gilda; el Mini mollete de cabeza de lomo y queso Arzúa; los Boquerones marinados en vinagre de Jerez y chips de patata; la Ensalada de tomate Raff y mojama; entre otros. Y creaciones dulces como la Tarta tibia de queso y la Tarta de manzana al horno.

Para acceder a este rooftop –diseñado también por Alejandra Pombo– hay diferentes tipos de entradas: la más sencilla –“Momentazo”–, incluye la entrada a la azotea y una bebida soft por 10 o 12€ dependiendo del momento de la semana; se siguen otras experiencias como el “Momento Glam”, con jamón ibérico y botella de Veuve Clicquot o vino por 120€; el “Momento Glam Glam”, con caviar y botella de Veuve Clicquot por 150€; el “Momento Pica Pica”, con botella de vino más degustación de tapas por 80€; el “Momento Wow”, que incluye una botella de destilado por 180€; el “Momento Wow Wow” con una botella de destilado premium por 220€; y el “Momento Yummy” con dos cócteles y degustación de postres por 60€ para dos personas. Todas las experiencias, excepto la “Momentazo”, pueden reservarse con antelación e incluso dan acceso a zonas más exclusivas de la terraza.

Café Cibeles, un punto de encuentro

Situada en la segunda planta del edificio, este espacio supone un punto de encuentro tanto para aquellos que se encuentren realizando un recorrido turístico por Madrid, como para los que lleguen a CentroCentro –el centro cultural ubicado en el edificio– para disfrutar de su propuesta de exposiciones o para los que busquen un espacio singular en el que tomar un café o algo de picar. Todos ellos encontrarán en este bistró un lugar muy agradable en el que disfrutar. Se trata de un espacio de gran altura con tres amplios ventanales de suelo a techo con vistas a la calle de Alcalá. Café Cibeles ofrece una propuesta a la carta para disfrutar en cualquier momento, con nombres como los Mejillones al vapor con patatas fritas; la Rúcula fresca con salmón ahumado, mahonesa de miel de Madrid; los Raviolis de calabaza y nueves en salsa de mantequilla de salvia; o el Sándwich de roast beef de picaña, mahonesa y encurtidos; entre otros, junto a tostadas, bollería, sándwiches y batidos.