En un sector tan sensible a los precios como es la restauración, el consumo está demostrando una fortaleza inusitada. Las subidas en dos tramos aplicadas por los restaurantes en el último año no ha ahuyentado a los clientes, que priorizan salir a comer fuera por encima de cualquier otros gastos.

Según un reciente informe elaborado por McCain Foodservice Solutions, visitar restaurantes es una experiencia realmente importante a lo que los clientes no quieren renunciar. Prueba de ello es que en el contexto actual, donde la renta se reduce como consecuencia del aumento de los precios, el 35% prefiere gastar en establecimientos de restauración que en otras actividades durante el próximo año.

El 35% prefiere gastar en establecimientos de restauración que en otras actividades durante el próximo año

Las vacaciones representan la segunda opción de gasto para un 34% de los consumidores, mientras que el 24% se decanta por la moda, el 19% en mejoras del hogar y el 17% en paquetes de ocio como plataformas de streaming. No obstante, el 56% están de acuerdo en que “aprovecharán al máximo su experiencia” cuando salen a comer fuera de casa.

Ahora bien, el escenario inflacionista no evita que las salidas se reduzcan en los seis próximos meses. Si un 48% de los encuestados acostumbra a comer fuera semanalmente, podría caer hasta el 28% como resultado del coste de vida actual.

Por parte de los que visitan restaurantes entre una y dos veces al mes, el porcentaje pasaría del 43% al 34%. En cambio, se incrementa en el caso de los que tienen una frecuencia de salida de dos o tres meses, hasta casi llegar a doblarse del 16% al 28%.

Pero si la pandemia aceleró hábitos como el delivery o el take away, la inflación ha elevado la exigencia de los clientes. A este respecto, el estudio revela que tras el Covid-19, la expectativa del clientes en sus salidas al restaurante ha aumentado y que el ‘valor de la experiencia’ es fundamental a la hora de comer fuera de casa.

Así, uno de los aspectos a tener en cuenta es la consideración del menú. «Los menús tienen que ofrecer un equilibrio entre acompañamientos y platos principales que sean nuevos, excitantes, tradicionales y personalizables para satisfacer ese estado emocional», apunta McCain Foodservice Solutions. Partiendo de esta premisa, el 64% de los consumidores están de acuerdo en probar nuevos productos o platos para mejorar su experiencia.

De la misma forma, nueve de cada diez clientes consideran que es importante poder probar una comida o bebida diferentes a la que normalmente disfrutan en sus casas. En relación a este poder de elección, el 58% se inclina por descubrir nuevos platos principales, frente al 17% que se decanta por postres, el 10% a entrantes y el 6% a complementos.

Al tratarse de un momento intenso, el restaurados debe estar a la altura de las expectativas para poder ganar la confianza de los clientes. Para ello, el aspecto visual juega un papel importante en la experiencia y el recuerdo de la comida. Entre los elementos que tienen en cuenta a la hora de valorar ese momento destacan la presentación del plato (altura, disposición, textura), la cantidad de comida (cantidad y volumen en el plato), intensidad del color y servicio único (vajilla diferente, acompañamientos servicios por separado).