
Líderes que redefinen la hostelería desde la autenticidad y pasión por su marca
En una época en la que abrir un restaurante va mucho más allá de servir buena comida, varios nombres destacan por su capacidad de crear marca, cultura y experiencias: Carlos Gelabert, de The Fitzgerald; Nacho Núñez, de Garden Pizza; y los representantes de dos grandes referentes familiares, como son Carlos Arévalo, responsable de las tienda Pastelerías Mallorca; y Sonia Pascual, consejera de Pascual. Sus historias, tan distintas como inspiradoras, comparten un punto común: la construcción de una visión con valores, más allá del producto, tal y como pusieron de manifiesto durante el Cheerfy Brands Summit.
The Fitzgerald: de la diversión al éxito empresarial
Carlos Gelabert, fundador y CEO de The Fitzgerald, no habla de marketing cuando cuenta su historia, sino de energía. “Hemos creado marca de forma natural. Nos esforzamos en crear un ambiente sano y una cultura donde pasarlo bien”, afirma. Esa autenticidad se contagió pronto al cliente, y el resultado ha sido exponencial: de un solo local a 27, y sumando.
Sin embargo, no todo ha sido un camino recto. En un momento clave de crecimiento, decidieron asociarse con Muerde la Pasta, lo que, según Gelabert, frenó mucho su expansión. “Pero este año ya hemos salido”, añade, con la mirada puesta en un futuro con más autonomía.
Para él, el éxito también pasa por saber organizarse internamente. “Es importante que los socios no se pisen. Tiene que estar muy claro hasta dónde llegan las funciones de cada uno. Hay que tener un protocolo, cuanto más detallado mejor”.
Garden Pizza: sostenibilidad como semilla del crecimiento
Nacho Núñez, fundador de Garden Pizza, arrancó con un sueño romántico: abrir un restaurante en un invernadero, aunque pronto la idea evolucionó hacia algo más estratégico: “Queríamos hacer pizza porque suponía un reto, además de una clara tendencia en auge”. Hoy, tres años después, se acercan a su sexto local, con una apuesta firme por la sostenibilidad como uno de sus pilares diferenciadores.
¿Lo nota el cliente? ¿Lo agradece? Nacho lo tiene claro: “Lo hicimos porque creemos en esto. Es un pilar que afianza la experiencia como valor añadido”. También señala la importancia de conocer el “arquetipo de marca”: entender qué encaja con tu identidad y evitar imitar lo que no resuena.
Una de sus estrategias ha sido generar locales flagship que funcionen como «local semilla», es decir, espacios modelo que puedan replicarse en nuevas ciudades manteniendo una experiencia personalizada.
Tradición familiar y profesionalización: el legado de Pascual y Pastelerías Mallorca
Desde el lado del proveedor y la empresa familiar, Sonia Pascual (Grupo Pascual) aporta una mirada con peso y responsabilidad: “A nivel de hostelería somos proveedores. Hay orgullo, responsabilidad y valores detrás”. Reconoce que profesionalizar una gran familia no es fácil, pero también ha sido su fortaleza. “Eso nos ha ayudado, incluida la creación de una fundación. Una empresa vale lo que valen sus personas”.
Carlos Arévalo, desde Pastelerías Mallorca, aporta otra clave: la generosidad como base del relevo generacional. “La generación de mis padres y tíos fue muy ambiciosa. Nosotros hemos sabido adaptarnos para sobrevivir”. Habla de la importancia de reforzar las relaciones personales y del éxito que ha tenido su transición por saber “dejar paso”.
Pese a las diferencias de modelos, todos coinciden en que la visión a largo plazo es esencial. En palabras de Nacho, «tienes que tener una visión mucho más largo placista. Te ahorra tiempo y dinero en hacer cosas que no encajan contigo”.
Sonia apunta hacia dónde ve el futuro del sector: “En el consumo y la restauración organizada. También en la mejora del café y de las infusiones”. Y Carlos Arévalo remata con una mirada urbana: “Mallorca ha hecho una apuesta por el turismo con la reforma de Serrano”, refiriéndose al contexto en el que se desarrolla parte de esta transformación.