La hostelería reclama flexibilidad y exenciones para adaptarse a la ley de envases

La hostelería reclama flexibilidad y exenciones para adaptarse a la ley de envases

martes 02 de abril del 2024 | 14:38

El compromiso de la hostelería con la sostenibilidad es innegable, pero el cumplimiento normativo en materia de envases plantea diversos desafíos. En el caso concreto del Real Decreto de Envases y Residuos de Envases 1055/2022, que busca prevenir y reducir el impacto de los envases en el medio ambiente, hay ciertos aspectos que complican sobremanera la operativa y capacidad de actuación del sector.

En concreto, desde Hostelería de España se comparte el objetivo final del Real Decreto pero, al mismo tiempo, reconocen que su aplicación genera serias dudas e incertidumbres dentro una actividad con más de 300.000 empresas, de las cuales casi en un 95% son micropymes. Entre los puntos que generan más impactos destaca dar un mayor empuje a la segregación y recogida selectiva de residuos en el establecimiento de hostelería para su correcto reciclaje u ofrecer envases reciclables o retornables para take-away.

Por todo ello, la patronal «solicita exenciones para avanzar y que se tenga en cuenta la naturaleza del servicio, así como el tamaño de la empresa, sobre todo en lo relativo a las pequeñas y medianas empresas». De cara a favorecer la adaptación a la ley, considera necesario la aplicación de exenciones en las pequeñas y medianas empresas como una forma de crecer hacia prácticas más sostenibles que propone la normativa.

La patronal pide que se tenga en cuenta el contexto en el que opera la hostelería

En lo referente a la responsabilidad ampliada del productor establecido en el ámbito de la Unión Europea, desde Hostelería de España aclaran que hay muchas empresas dentro del sector de hostelería que no realizan actividades de envasado y pueden ser consideradas como tal debido a la amplitud o generalización de las definiciones realizadas por el Real Decreto 155/2022.

Este espectro tan amplio produce que empresas pequeñas podrían estar sometidas a obligaciones que no pueden ni deben asumir, como, por ejemplo, el deber de inscripción en el Registro de Productores del Producto y la obligación de tener un régimen de responsabilidad colectiva o individual.

La disposición establecida en el art. 15 del Real Decreto 1055/2022, párrafo segundo, relativo a los envasadores comerciales de menos de 50.000 kg, debería operar como una exención en general para todo tipo de envasadores de inscripción en el Registro para todo tipo de envases, o, por lo menos, que en esos casos sean los fabricantes, importadores o adquirientes de esos envases los obligados a inscribirse. De esta forma, creen que se podría controlar de manera más eficiente y controlada la puesta en el mercado de envases, no trasladando la carga de información a pequeños comercios de hostelería que apenas usan envases.

Hostelería de España está alineada con las posturas de distintas organizaciones empresariales, como CEOE, que defiende la necesidad de realizar un análisis de la
norma estableciendo unos plazos que sean suficientes para que las empresas puedan adaptarse a los cambios, además de flexibilizar ciertas disposiciones para permitir
que se cumpla con la normativa y reducir la carga burocrática, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas.

Concluyen que los objetivos propuestos por la regulación europea deben estar basados en análisis de sostenibilidad y realmente se pruebe que proporcionarán beneficios claros para el medio ambiente.

Asimismo, para que la transición sea lo menos complicada posible, se hace un llamamiento a la colaboración público-privado para empezar a implantar medidas
que ayuden a las empresas a alcanzar los objetivos marcados, incluida la financiación, dado que hay recursos aplicables a sostenibilidad en los Fondos Next Generation.
Otras organizaciones empresariales como HOTREC, organismo que representa a la industria de la restauración en Europa, coincide en que se tenga en cuenta el contexto en el que opera el sector de hostelería, así como que las pequeñas empresas no serían capaces de adoptar los sistemas de reutilización por falta de financiación, recursos, tiempo, pero, sobre todo, personal.

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