El delivery demuestra capacidad de adaptación para seguir evolucionando. El innegable desarrollo que ha experimentado en los últimos años le han llevado a representar un 7% en el gasto total del foodservice, con previsión de seguir ganando cuota de mercado. Pero para llevar a buen puerto estas expectativas como canal, antes tiene que superar una serie de retos.

Entre los desafíos más ugentes que enfrenta el delivery se encuentra la rentabilidad y, más importante todavía, la contratación. «El sector ha pasado de curso, pero sigue teniendo pendiente el modelo laboral como asignatura troncal», ha destacado Íñigo Barea, director genral de Just Eat España, durante la presentación del último Gastrómetro. El informe anual de la compañía analiza las novedades gastronómicas, hábitos de consumo y previsiones de mercado del delivery online.

Barea, que llegó al puesto el pasado marzo, ha querido subrayar la compleja situación legislativa y judicial que atraviesa el sector, a pesar de contar con una legislación vigente desde hace dos años, con sus imperfecciones. Además de una jurisprudencia del Tribunal Supremo que marca la relación de laboralidad existente entre Glovo y sus trabajadores. El fallo, correspondiente a 2020, abrió la puerta a los miles de reclamaciones a las que ahora se enfrenta de nuevo la compañía.

Ante esta situación, el responsable de Just Eat considera que el sector necesita altura de miras para que los actores siempre tengan una relación laboral. «El cumplimiento normativo es la única forma de dar seguridad jurídica a un sector que ha evolucionado y conseguido tanto en tan poco tiempo».

Just Eat cuenta en sus filas con 400 empleados y más de 2.000 repartidores contratados. Fue pionera en firmar un convenio colectivo con sus repartidores a comienzos de 2022. Desde entonces la compañía ha defendido su defensa de la ley frente a operadores como Glovo y Uber, que estarían burlando la norma mediante falsos autónomos.

Barea , ha recalcado también la responsabilidad de transportar los productos en las mejores condiciones, añadiendo que los «contratos laborales permiten controlar muy bien las mochilas, que se limpian diariamente y se cambian de manera regular». La «sincronización» con el resto de actores de la cadena «es clave pero no siempre es fácil». No obstante, opina que «las plataformas tenemos mucho que decir a la hora de cumplir con los estándares de calidad en el kilómetro cero».