Casi un tercio de la restauración española depende del turismo
La restauración en España bebe directamente de un turismo en pleno auge. Facturó cerca de 100.000 millones de euros en 2023, lo que además de una cifra récord para el sector supuso un crecimiento del 9,2% respecto al año anterior y un 6% más que 2019. Esta mejora de la actividad corresponde principalmente al mayor gasto realizado por turistas extranjeros y al aumento de precios (6,6% de media durante el año pasado) por parte de las empresas para trasladar una parte de los costes de producción.
¿Hasta qué punto esta recuperación del sector ha venido impulsada por el auge del turismo internacional en 2023? Según el Indicador de Consumo de CaixaBank Research, el 28% de los locales de restauración dependen del gasto turístico. Dentro de este porcentaje, la exposición al turista internacional es del 10%, si bien la situación no es idéntica para todas las regiones.
Así, la dependencia del turista internacional es especialmente elevada en las provincias con mayor atractivo fuera de nuestras fronteras: Baleares, Málaga, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife serían las provincias más beneficiadas. Al menos el 35% de su gasto procede de tarjetas extranjeras, aunque en el caso de Baleares es más del 55%.
En lo que respecta al gasto del turista doméstico, el patrón no está tan claro como en el caso del internacional, pero cabe destacar los casos de Ávila, Soria, Zamora, Segovia o Teruel, donde el gasto del turista español supone al menos el 50% del total del gasto en restauración en la provincia. Zaragoza es la ciudad donde el consumidor local tiene una mayor predominancia, con un peso cercano al 80%, seguida de Valladolid y Ciudad Real, donde ronda el 75%. En el caso de Madrid se observa un cierto equilibrio entre el turista doméstico y el extranjero, mientras que en Barcelona el gasto de este último supera el 20%.
Los datos de CaixaBank reflejan que la mayor parte del gasto en restauración se concentra en los meses de la temporada estival. De hecho, alrededor del 30% de la facturación del sector se produce entre los meses de julio y septiembre. De nuevo, la heterogeneidad entre provincias es bastante elevada. Destaca la fuerte estacionalidad de los ingresos del sector en Baleares, Girona y Cantabria, con más de la mitad de los ingresos anuales en esos tres meses del año. Por el contrario, Córdoba, Sevilla, Zaragoza, Madrid o las islas Canarias, entre otras, apenas concentran entre el 30% y el 35% del total de sus ingresos en esos meses del año.
Una vez alcanzadas las cifras previas a la pandemia, y en un contexto de normalización de las tasas de crecimiento de la economía, los indicadores de actividad turística siguen positivos. No obstante, cabe esperar que el crecimiento del sector turístico también tienda a normalizarse una vez alcanzados los niveles prepandemia en 2023. Aun así, desde la entidad bancaria prevén un crecimiento del 1,5% del PIB turístico en 2024, si bien el comienzo del año está siendo mejor de lo que esta previsión indicaría. «Bajo este escenario, el sector de la restauración debería mantener el buen tono del año pasado, teniendo en cuenta las perspectivas positivas para el gasto privado, gracias a la ganancia de capacidad de compra de las familias (los salarios están creciendo por encima de la inflación) y a las expectativas de moderación en los costes de producción», concluyen