Ingredientes:

Hoy os presentamos un postre con personalidad propia, mousse dulce de queso Idiazábal. El perfecto final que tus invitados no esperan. Para los que no lo conozcáis, el queso Idiazábal se elabora en País Vasco y Navarra con leche de oveja de las razas Latxa y Carranzana. Se trata de un queso con un sabor intenso y con carácter. Por ello, nosotros nos hemos decantado por un queso Idiazábal menos curado, sin ahumar. Así, encontraremos sabores mas suavizados en la mousse sin perder la esencia de este queso. ¡El sabor y la textura os alucinará! Si queréis otras sugerencias de postre podéis consultad nuestras mini cheesecakes de frutos rojos o crema de Baileys con melocotón. Manos a la masa.

Elaboración de la mousse dulce de queso Idiazábal.

1. Precalentamos el horno a 150º.
2. Empezamos troceando las galletas con la picadora. Añadimos la mantequilla previamente derretida y removemos distribuyendo bien la mezcla. Tenemos que evitar que nos quede una masa densa de galleta.
3. Extendemos la masa en un molde apto para horno creando una fina manta de galleta. Tostamos en el horno durante 5 minutos a 150º, siempre con cuidado de no quemar la galleta, para obtener una textura crunchy-crunchy. Cuando esté lista, templamos en la nevera.
4. En un cazo, añadimos leche semidesnatada y dejamos calentar a fuego medio con cuidado de que no se pegue. Mientras tanto, rallamos nuestro queso Idiazábal lo más pequeño posible, principalmente porque nos ayudará a que se derrita más rápido.
5. Cuando la leche esté caliente, agregamos el queso rallado y las dos cucharadas soperas de azúcar. Dejamos derretir lentamente a fuego medio, ayudándonos de una varilla, hasta que quede un líquido homogéneo.
6. Una vez que tengamos todo el queso y azúcar fundidos, es el momento de añadir el agar agar. Con esto conseguiremos aportar a nuestro postre la textura de mousse. Es importante llevar la mezcla a ebullición durante 2 minutos. A continuación, retiramos del fuego y dejamos templar.
7. En un cuenco, preferiblemente de acero inoxidable, montamos la nata. Recuerda siempre partir de una nata muy fría, entre 0 y 3 grados para conseguir un buen acabado.
8. Para terminar, vertemos el cazo con la leche y el queso poco a poco en la nata con movimientos envolventes. Así evitaremos que se desmonte la nata. Paciencia, ya casi está, solo queda que mezclemos con amor y cariño nuestra mousse.

¡Es momento de emplatar!

Evitando la tentación que supone a estas alturas probar nuestra mousse, concentremos toda nuestra energía en un emplatado bonito que de el toque final a nuestro postre.

1. En vasos individuales, ponemos una base de galleta generosa con una cuchara y aplastamos bien. Después incorporamos nuestra mousse dulce de queso Idiazábal.
2. Dejamos reposar en el frigorífico durante 60 minutos para que cuaje. La espera será eterna, pero finalmente obtendréis una mousse de queso cremosa. Ñamy-ñamy.
3. Para añadir un poco de color, ¡las opciones son infinitas!. Podemos, por ejemplo, acompañar nuestra mousse dulce de queso Idiazábal con frutos rojos como fresas, arándonos, frambuesas o con un topping de mermelada. Otra opción es añadir membrillo rallado, y ¿por qué no acompañarlo con un poco de miel y frutos secos? Si os habéis levantado muy tropicales, el mango o un buen maracuyá le darán un toque perfecto. Espolvoreamos ligeramente con galleta molida y presentamos.

Como veis, este postre admite numerosas variaciones, siempre respetando el magnífico sabor que aporta el queso Idiazábal. Sin duda, un postre que no os dejará indiferente, ¡os lo aseguramos! Ahora es vuestro turno…