Andrés Sánchez Magro

Este cocinero y pastelero nacido en L’Hospitalet de Llobregat en el año 1969, se ha colado la semana pasada entre los 100 mejores cocineros del
mundo por The Best Chefs Awards, al quedar segundo lugar para la alegría de todos los españoles, justo después del gran genio Dabiz Muñoz.

Albert es hijo de Ginés y Josefa, los verdaderos impulsores de su carrera. Abandonó los estudios en el año 1985 y comenzó a trabajar en el “El
Bulli”, restaurante de su famosísimo hermano Ferran.

Durante las décadas que lleva ejerciendo como cocinero, como agitador gastronómico, e incluso como pensador culinario no ha dejado de ser
lamentablemente para muchos el hermano de Ferran. La larga sombra del icónico artista, calificado como Dios por los chefs del planeta ha marcado sin duda la actividad de un Albert que tiene talento propio.

Albert Adrià se encuentra actualmente al frente de Enigma

Aunque siempre estuvo ligado a El Bulli, aquel mítico enclave de Rosas, en el que este cocinero entró y salió varias veces, pues de hecho toda su
carrera la podemos calificar de búsqueda, destacan periodos de reflexión y con una incesante apertura de nuevos proyectos. El destacable su actividad en el Bulli Foundation, ese laboratorio de ideas que han dinamizado la cocina contemporánea, y que están recogidos en los libros de El Bulli considerados absolutamente de culto.

Como cocinero y empresario tiene una larga lista de locales en Barcelona, junto a los hermanos Iglesias donde se han ido dando sucesivas vueltas de tuerca al hecho gastronómico. Tickets fue una revolución a partir de una idea de la tapa renovada, convirtiéndose en uno de los destinos gracias a su espectáculo para el gourmet internacional. Del mismo modo que el japo peruano Pakta, la vermutería Bodegas 1900, la reinterpretación de una coctelería en 41 grados, o el mexicano Hoja Santa, que tuvo su propia taquería llamada el Niño Viejo. Todas estas casas fueron bendecidas por Michelin, pero poco a poco fueron quedadas atrás para Albert Adrià.

En la actualidad se encuentra al frente de Enigma, que incluso ha sufrido una transformación de un espacio que es absolutamente sorprendente.
Proyecto personal, es el resultado de todos estos años de infatigable análisis de lo coquinario. Al final del camino, o al menos de este punto del mismo, todo pasa por el producto de temporada. el estupendo menú degustación de más de 20 platos juega con la estacionalidad, y expresa seguramente que después de todas las vueltas sobre la cocina creativa, la solución era las esencias de la cocina de siempre.