Abre Beata Pasta, el templo para los que aman la pasta por encima de todas las cosas

Abre Beata Pasta, el templo para los que aman la pasta por encima de todas las cosas

viernes 01 de diciembre del 2023 | 15:35
B2C

La pasta no es un producto cualquiera, obra milagros: consigue elevar el ánimo, alimentar el cuerpo y, sobre todo, poner de acuerdo a millones de personas en torno a la mesa. Sin embargo, el verdadero milagro lo ha obrado el chef y empresario Ciro Cristiano al convertir en realidad algo que hasta ahora muchos soñaban: ser el artífice del primer santuario en Madrid que rinde culto a la pasta fresca. Abre sus puertas Beata Pasta (glorieta de Bilbao, 4), un nuevo templo gastronómico, pero que tiene mucho de religioso, en el que la razón de ser no es otra que la pasta fresca casera y las recetas más genuinas llegadas directamente del país de la bota.

Hace ya tiempo que los pasta lovers, auténticos beatos gastro, crearon su propia religión, pero ahora además tienen un lugar al que peregrinar gracias a la genialidad Ciro y de su equipo —parte de él procedente del restaurante Baldoria—, creadores de un concepto único en la capital, que ha sido pensado, cuidado y diseñado al milímetro, donde se unen el diseño y la calidad.

Este coqueto restaurante muestra la Italia más auténtica a través de la pasta; esa que se aleja de cualquier cliché y en la que el producto más popular del país es el absoluto protagonista de principio a fin, tanto en los cuatros espacios en los que está dividido el local como en la carta. Con un aforo que roza las 100 personas, entre la sala interior y la terraza, Beata Pasta viene dispuesto a democratizar y revolucionar el mundo de la pasta fresca en Madrid, demostrando que es posible disfrutar de un plato de máxima calidad a un precio apto para todos los bolsillos y que la tradición no tiene por qué estar reñida con los gustos y las modas actuales.

El local rebosa italianidad

Este es el segundo local que Ciro Cristiano abre en la capital tras el éxito de Baldoria. Ambos restaurantes comparten ese ADN que tanto caracteriza a este grupo d restauración, donde compartir, socializar y disfrutar es el mantra, aunque cada uno tiene una personalidad muy marcada. Beata Pasta es ese hermano independiente, rebelde y apasionado que quiere poner en valor de dónde venimos, pero que tiene ese indiscutible toque de adónde vamos. El culto a la pasta tiene un templo y es Beata Pasta; un líder, que es Ciro Cristiano, y una legión de creyentes, que lo dan todo por la pasta y que están dispuestos a vivir una experiencia culinaria con la que pasar de pisar la tierra a soñar con el cielo en solo unos segundos.

Producto de culto

Beata Pasta en sus 230 m² rebosa italianidad: desde la excelente materia prima, procedente en un 70 % del país transalpino —burrata de los hermanos ‘Cammarota’ de Puglia, harina de Amoruso, etc.— y de pequeños productores con los que mantienen una estrecha relación, hasta la atención al cliente, con un servicio al estilo italiano —alegre, cercano y caluroso—; pasando por las recetas, muy inspiradas en la zona sur de Italia.

Este restaurante de monoproducto lleva la autenticidad y la transparencia por bandera; los clientes pueden ver todo el proceso de creación de la pasta, desde la harina y el huevo, hasta los ingredientes extras que se le añaden, pasando por la transformación en un plato ya en la cocina.

Esta trattoria 2.0, una versión evolucionada y más moderna de la clásica tanto en imagen, como en decoración y atención al cliente, está dividida en cuatro espacios rompedores que se van sucediendo: al entrar el comensal se encuentra con el obrador/laboratorio, el corazón del restaurante y escaparate hacia la calle, desde donde se puede ver cómo se hace la pasta —un guiño a esas nonnas que salen a diario en localidades como Bari a hacer pasta en la puerta de sus casas—; le sigue la zona de bistró italiano, la parte más genuina, con rincones que trasladan a los ristorantes más puros, pero con un toque de frescura; tras ello está la despensa, con un aire más rústico y con mesa altas y, al fondo, aunque 100 % abierta, la cocina, donde la magia de la pasta fresca se transforma. La casa de la pasta no es solo un lugar para comer, sino también un espacio para experimentar y aprender, ya que todas las semanas el obrador acogerá una masterclass centrada en este producto.

Simone Attolini, chef ejecutivo y mano derecha del grupo, y Antony Vitale, jefe de cocina de Beata, son parte indispensable de este proyecto coral que aúna tradición y modernidad; todo el equipo son nietos de la nonna e hijos de la mama, pero con el sentir del siglo XXI. Ambos han ideado una propuesta gastronómica casera, de calidad y hecha al momento con una base de cocina tradicional, pero con un toque fresco y joven. Beata Pasta quiere ejercer como embajadora de la cocina italiana popular más actual; defensora de la tradición, pero con un giro más innovador y con la pasta en el centro.

Para hacer la experiencia más personalizada, Beata Pasta ofrece a los comensales la opción de customizar sus recetas, pero, eso sí, para mantener la autenticidad de las elaboraciones, el propio local sugiere los toppings a añadir. La carta, digna de beatificación, incluye una sección de entrantes; destacan la ‘Burrata Putanesca’, la croqueta de cacio & tartufo —con salsa de trufa de los Abruzos, pecorino romano, cebollino y lardo rosa di Gambitelli—, la parmigiana classica napoletana, la ‘Pizzeta 50 top’ —como guiño a la laureada pizza de Baldoria— y la ‘Kale cesar salade’, una versión renovada de la clásica ensalada, con kale, lascas de parmiggiano, aguacate y soja crujiente.

Beata Pasta ofrece a los comensales la opción de customizar sus recetas

Sin embargo, la pasta fresca es la estrella de la carta, que se puede solicitar sin gluten. Cada ración es cuidadosamente elaborada con ingredientes frescos y de alta calidad. Los clientes pueden deleitarse con propuestas como ‘Pistacho love’—una oda a este fruto seco—; ‘Ravioli alla Sorrentina’, rellenos de queso ricotta al limón de Sorrento, salsa de tomate, scamorza y aceite de albahaca; ‘Call me mamma’ —papardella XXL, ragú tradicional napolitano de ternera y cebolla confitada durante ocho horas—; ‘Gran Torino’, raviolis rellenos de tres carnes, salsa de carne y gremolada de cítricos, o ‘Tornnarello alla Nerona’, su famosa rueda con calabacín frito, pecorino, Parmigiano Reggiano y albahaca.

Entre los postres, no falta uno de los grandes hits italianos, el tiramisú, que se suma a la tarta de queso —con crema de gianduja y avellanas caramelizadas—, al ‘Cannoli Siciliano’ —con ricota de oveja y pistacho de Bronte— y al ‘Latte Imperiale’, un flan suave y cremoso acompañado de caramelo dorado.

La carta también incluye una certera propuesta de tres cócteles frescos y genuinos: spritz clásico, beata sangría y limonada casera. Siete referencias de vinos italianos, cada uno de ellos elegido por el sumiller del grupo (Manuel Sorana) y acorde a la propuesta de pasta, conforman la bodega de Beata Pasta; el comensal puede elegir entre blancos, tintos, espumosos y rosados, que se ofrecen por copas y por botellas.

Para aquellos que les apetezca rendirse a los encantos de Beata Pasta en casa, el restaurante ha ideado un servicio de delivery a base de ‘kits de pasta’; más allá de los platos convencionales, los clientes recibirán el plato de pasta deconstruido junto con su receta para terminar de realizarlo tranquilamente en su hogar, siguiendo las indicaciones virtuales del chef gracias a un código QR, y así poder disfrutarlo en su punto óptimo.

Elegancia y modernidad

‘Amarás la pasta por encima de todas las cosas’. Es el primer y único mandamiento que deben cumplir a rajatabla todos los que crucen el umbral de este local divertido, acogedor, casual y disfrutón. Una declaración de intenciones es su interiorismo firmado por Estudio Pombo, que ha seguido este precepto. El resultado es un pasta bar en el que minimalismo italiano se conjuga y rompe con el elegancia abrumadora del color amarillo y blanco, los tonos de la pasta fresca, que inundan todo el local.

En la decoración están presentes elementos más tradicionales, como son los botes clásicos de las despensas a la italiana (con trapos de cocina colgados incluidos) o los utensilios de cocina que intervienen en el proceso de creación de la pasta —esparcidos por todos los rincones y protagonistas de un impresionante mural en 3D blanco—, y otros más modernos, como los neones. Mención aparte merecen los baños, un espacio donde los espejos, la pintura, la poesía, la música y el arte adquiere otra tonalidad.

Beata Pasta se adentra en el mundo de la innovación tecnológica gracias a la opción de pedir en mesa; más allá de la tradicional carta física, escaneando el código QR facilitado en cada mesa, el cliente accede a una aplicación que le permite hacer directamente la comanda, por lo que se eliminan tiempos de espera innecesarios y se agiliza el pedido.

Noticias Relacionadas