El confinamiento afectó en mayor medida a las cafeterías que a otros negocios de restauración. Posteriormente, las restricciones sanitarias fueron un impedimiento para la recuperación de los niveles de actividad y tráficos previos a la pandemia. No obstante, esta situación ha sido un terreno abonado para la explosión sin precedentes que vive el café de especialidad en España, al tiempo que marcas como Starbucks aprovechaban la coyuntura para ganar cuota de mercado.

La cadena de cafeterías explotada por Alsea alcanzó los 104 millones de euros en ventas durante el año pasado, cifra que supone un nuevo récord tras crecer un 34% respecto al año anterior, según consta en el último informe de cuentas de Starbucks España.

Asimismo, la marca cerró el ejercicio con un resultado bruto positivo de 5,9 millones de euros, gracias a que se encontró el camino despejado para la apertura de tiendas, así como la continuidad de la gestión del grupo en la consecución de los costes fijos. En concreto, los gasstos de explotación rozaron los 40 millones, mientras que los de personal se situarion en 31 millones.

Estos resultados soplan como un viento de popa en los planes de Starbucks España, que aspira a duplicar tiendas y ventas en un plazo de cinco año. La marca más internacional de Alsea ve potencial para crecer en el atomizado mercado doméstico, pasando de los 157 puntos de venta actuales a más de 300. Al cierre de 2020 tenía 129 cafeterías propias y 23 en sublicencias.

Una de las palancas para conseguir estos objetivos es potenciar su canal de ventas intenro. Recientemente, Starbucks España ha alcanzado 200.000 usuarios en tres meses (10.000 de ellos usuarios Gold) con su programa de fidelización Starbucks Rewards, lanzado en la Península Ibérica a finales de mayo.

«Nuestro objetivo era alcanzar el 12% de ventas utilizando Starbucks Rewards a final de año, pero se ha logrado en apenas un mes y medio», ha comentado Antonio Romero, director general de Starbucks Iberia.