Vuelta a la carga. Renfe ha iniciado los trámites para renovar los servicios de restauración a bordo de sus trenes turísticos de lujo. En concreto, ha abierto el concurso con el fin de ofrecer un nivel de servicio y de confort Premium de altísima calidad para las temporadas 2023 y 2024.

Esta licitación surge tres meses después de la anterior convocatoria, que resultó desierta. Ello obligó a adjudicar el servicio por la vía de urgencia a una empresa local asturiana. Buscando que las empresas de restauración sí se suban a bordo esta vez, el operador ferroviario ha incrementado el presupuesto base hasta los 7,18 millones de euros (impuestos incluidos). Supone una subida significativa, dado que el importe previsto para 2022 era de 2 millones de euros, mientras que el de la temporada 2023 asciende 2,9 millones. Para 2024 se contempla una subida del 3%, hasta los 3 millones.

Nuevamente, los dos niveles de servicio que se requieren son tanto premium como estándar. El primero esta reservado para el Tren Al-Ándalus, el Transcantábrico, Gran Lujo y Costa Verde Express, mientras que el segundo se prestará en los trenes Expreso de la Robla, Lunae y resto de trenes turísticos. Renfe anunció a principios de año su intención de sacar de la vía muerta estos convoyes, marcados por la comodidad, el encanto, el lujo, la gastronomía a bordo, la cultura, la historia y el folklore.

Se ofertarán menús relacionados con el lugar y típicos de la zona de paso del tren, en línea con las propuestas de Renfe

El servicio se corresponderá con la categoría del tren, lo que se hace constar en los requisitos fijados. Entre otros, la compañía publica exige que la tripulación de cada tren hable «obligatoriamente» al menos cuatro idiomas: español, inglés, francés y alemán. Además, considera «recomendable» otros idiomas complementarios como árabe, chino o ruso.

En cuanto a la restauración, se ofertarán menús relacionados con el lugar y típicos de la zona de paso del tren, en línea con las propuestas de Renfe y siempre armonizados con los ofrecidos por la restauración exterior. No obstante, la compañía públlica se reserva el derecho de porponer menús similares si los ofertados no fueran del agrado de los clientes o tuvieran que adaptarse en caso de viajes chárter.

Teniendo en cuenta que el pasajero desembolsa un precio medio de 3.000 euros por billete, la adjudicataria debe ser capaz de ofrecer un menú especial, consistente en al menos tres platos: aperitivo, entrante y plato principal, y postre especial. A modo de ejemplo, el entrante consistirá en una selección de mariscos de gran calidad y certificación de procedencia gallega, mientras que el vino a servir deberá ser reserva de reconocido prestigio y el licor que se sirve con el postre será Premium.

Toda la “restauración a bordo” tendrá que ser elaborada en el tren, en el coche cocina y otros espacios destinados para tal fin, no siendo aceptado un servicio de catering con restauración elaborada o preelaborada con antelación, salvo que Renfe Viajeros lo solicite por motivos especiales o justificados. Para los viajeros que tengan estancia en Suite Gran Lujo o Clase Superior, dispondrá de hasta dos servicios de restauración privada en su compartimento

Junto a todo lo anterior, el servicio tendrá que estar dimensionado y adecuado para atender al conjunto de comensales en menos de dos horas. Y al igual que en los mejores restaurantes, el profesional del servicio de cocina saldrá al final de la comida a saludar a los viajeros, intercambiar experiencias y preguntar por el menú, «siempre vestido de forma adecuada», según se indica en los últimos pliegos. De cara a conformar el equipo, se busca Jefe de Camareros o Mâitre, camareros, cocinero y ayudante de cocina. También necesitará un responsable de expedición, guía acompañante y personal de servicios auxiliares y mantenimiento.

El servicio incluirá el suministro de todo tipo de vajilla, cristalería, cubertería y menaje que se considere renovar o como nueva dotación de los trenes turísticos, hasta un máximo de 23.000,00 euros en la temporada 2023, y 19.731,50 euros para la temporada 2024.

Al margen de la restauración, el adjudicatario de este contrato también deberá hacerse cargo del servicio de habitaciones y limpieza a bordo de los trenes. Así, la ropa de cama se cambia cada dos días, las toallas diariamente y la mantelería después de cada servicio.