El espacio de ocio gastronómico más grande de Europa se reinventa para salir del profundo bache en el que se encuentra. La pandemia sumió a Platea Madrid en una crisis como consecuencia de la obligación de tener que cerrar las puertas hasta dos veces y despedir a casi la totalidad de la plantilla, compuesta por alrededor de cien personas, por el desplome de los ingresos.

Tan sólo se libró del proceso el equipo de gestión, que durante los meses siguientes se dedicó a trazar una nueva estrategia para buscar la viabilidad. Ahora, en un nuevo giro empresarial, ha emprendido una serie de reformas con el objetivo de renovar Platea Madrid.

Tras invertir 60 millones de euros en su puesta en marcha inicial, los responsables ven estos trabajos como una oportunidad para actualizar elementos estructurales, decorativos y de concepto, conjugando la actividad de los eventos.

“El motivo no es otro que actualizar Platea”, afirma su director general Gonzalo Hurtado, “después de casi una década de funcionamiento tenemos que adaptar el espacio a los nuevos tiempos, siempre con la idea de mejorar nuestra oferta para un público cada vez más exigente y con cada vez más propuestas en torno al ocio gastronómico en Madrid”.

Estas obras llegan tras el giro del espacio hacia el mundo eventos

Obras que arrancan año y medio después de que el espacio culinario ubicado en plena Plaza de Colón diera prioridad absoluta a la organización de eventos durante la semana laboral para abrir al público general en fines de semana. En el marco de este cambio hacia un modelo de explotación mixta, Platea Madrid pasó de contar con 60 puestos gourmet de 6 estrellas Michelin y 11 soles Repsol, a concentrar toda su oferta gastronómica en El Patio y en El Restaurante.

Es más, durante este último año uno de los pocos operadores que ha mantenido su actividad ha sido MICE Catering, que presta servicio en los eventos corporativos y fiestas privadas del espacio. Nada que ver con el ramillete de firmas que llegó a desplegar a lo largo de sus cuatro plantas en sus primeros años, donde destacaban nombres como Ramón Freixa o Ricard Camerena.

Durante este proceso de cambio, el espacio seguirá operativo al 100% para eventos privados y corporativos, que podrán celebrarse todos los días de la semana, y suspenderá momentáneamente la restauración al público general. Todo con el objetivo de volver a los números negros y recuperar el décifit de 3,75 millones de euros cosechado durante los dos años de pandemia.

Estas pérdidas provocaron un desequilibrio patrimonial por debajo de la mitad de su capital, lo que en condiciones normales se encontraría en causa de disolución y contaría con un plazo legal de un año para volver a equilibrar su balance. No obstante, los administradores de Platea recuerdan que el Real Decreto 3/2020, del 18 de septiembre, de medidas procesales para hacer frente al impacto del coronavirus establece la suspensión de la causa de disolución por pérdidas.