Pablo Caruncho prepara la reapertura de Mazarino para diciembre

Pablo Caruncho prepara la reapertura de Mazarino para diciembre

Publicado el viernes 24 de septiembre del 2021 | 06:00
viernes 24 de septiembre del 2021 | 06:00

El restaurante Mazarino tendrá una segunda vida. Este verano se podía ver un cartel en la entrada del Paseo de Eduardo Dato, 13 de Madrid que decía lo siguiente: “Mazarino cierra sus puertas por jubilación y cambio de dirección. Gracias”. Un anuncio inesperado para uno de los establecimientos gastronómicos más característicos del barrio madrileño de Chamberí.

Mazarino no ha cesado la actividad en sus más de 50 años de historia. Pero este año ha tenido que hacer una pequeña parada. A pesar de ello, el restaurante tiene nuevo dueño. Se trata del empresario Pablo Caruncho.

Caruncho está especializado en crear restaurantes con un concepto claro: platos únicos o cartas sencillas en las que  se cuida mucho el producto. Ahora, el empresario está inmerso en el relanzamiento del Mazarino. Desde la nueva dirección señalan que no va a haber grandes cambios: “El concepto va a ser el mismo. Queremos mantener el espíritu de los pocos restaurantes clásicos que quedan en Madrid”.

Aunque todavía no hay una fecha concreta para la apertura del restaurante, los nuevos dueños se han marcado diciembre como el mes de su reapertura. “Nos gustaría abrir mañana mismo, pero todavía no es posible”, cuentan.

Además, señalan que quieren darle mucha importancia a la cocina: “Queremos una cocina que cuide el producto. La carta será un poco más reducida que la anterior, pero siempre con especial cuidado a la materia y ofreciendo los mejores productos”.

Añaden que no se va a producir una reforma como tal del local, pero sí que se van a hacer algunos cambios de “pequeños detalles”. “Ha estado muchos años sin tocarse y hay que pintar, cambiar tapicería, todo ello manteniendo el alma del Mazarino”, afirman desde la dirección.

Caruncho está detrás del ‘moules et frites’ en Madrid

Caruncho fue unos de los empresarios que, junto a Jorge Juste y Gabriel Navarro, trajeron el Café de París a Madrid. El establecimiento es conocido por su plato estrella: el entrecotte con la famosa salsa de mantequilla.

Otro de sus restaurantes más conocidos es el Mejillón. En este local el empresario importó la formula belga de ‘moules et frites’ que consiste en poder disfrutar de mejillones gallegos acompañados de patatas fritas caseras. La carta cuenta con varias recetas de mejillones: la tradicional receta belga con apio y cebolla, la española (a la marinera), la mexicana (con chipotle) o la japonesa (con salsa de soja), entre otros. Todo ello a un precio muy asequible que va desde los 10 a los 14 euros.

Como muchos otros, el negocio, gestionado a través de la Moules Frites SL, sufrió el impacto de la pandemia y aunque alcanzó una facturación de 452.000 euros, registró unas pérdidas de algo más de 100.000 euros.

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