Las cadenas españolas se marcan el objetivo de salir fuera aprovechando la liquidez del mercado
«Las franquicias son un imán cada vez más fuerte en inversión». Estas palabras pronunciadas María Luisa Masuet, presidenta de Asociación Española de Franquiciadores y general counsel en McDonalds, resumen lo que fue el I Foro de la Franquicia. Además de servir como pistoletazo de salida hacia la feria Expofranquicia, que se celebrará en Ifema Madrid del 5 al 7 de mayo, el encuentro sirvió para evidenciar el protagonismo de un sector que va sigue ganando terreno como fórmula para generar empleo y actividad económica.
En el caso de las cadenas de restauración que operan en España, han demostrado una extraordinaria capacidad de recuperación frente a los envites de la pandemia. Hasta el punto que todas las grandes marcas prevén un crecimiento de su facturación en 2022. En gran medida impulsadas por el auge experimentado por la venta a domicilio, que en los últimos años ha dejado de ser un canal marginal.
Sin ir más lejos, las franquicias acaparaban al cierre del año pasado una cuota de mercado del 31,4%, de acuerdo con el último Anuario de restauración de marca elaborado por NPD Group y KPMG. Y aumentando. «Lejos de desaparecer, lo que hemos visto es que van a seguir reforzándose», llegó a declarar Masuet durante la presentación en el foro. Precisamente, el polo de atracción que suponen las franquiciadas para el empresario medio centró la mesa redonda en la que participaron el CEO de Brooklyn Fitboxing, Juan Pablo Nebrera; el de Comess Group, Iñaki Olazabal; el director general de Midas España, Ramón Rueda; el fundador y CEO de Dorsia, Manuel Fernández; y el director de franquicias de Alsea España, Iván Martín.
La búsqueda de proveedores locales y el tamaño del mercado resultan claves en la estrategia de expansión
Tanto Olazaban como Martín manifestaron que sus compañías planean seguir explorando otras fronteras. Comess Group es la cadena de restauración española con mayor presencia internacional, a través principalmente de la marca Lizarran y Pomodoro. Pese a estar presente en trece países, Olazabal expuso alguna de las dificultades experimentadas en el proceso de expansión, siendo una de ellas la búsqueda de proveedores locales que encajen con la estrategia de negocio. En su opinión, el sistema de franquicia facilita la oportunidad de abrirse a nuevos mercados.
Para el directivo de Alsea, en cambio, la clave de la internacionalización está en conocer el mercado local. Tan es así que la compañía sigue estudiando minuciosamente las oportunidades de mercado sobre el terreno a pesar de tener todas sus marcas listas para ser lanzadas. «Buscamos hacer llegar el producto para que el franquiciado pueda aprovechar la economía de escala», destacó al respecto
Olazabal, que acaba de acceder a la dirección general del dueño de Lizarran tras el paso atrás de su fundador, destacó que la selección de los potenciales franquiciados debe hacerse con cuidado y atención. «Va a ser un compañero de viaje durante tantos años que su éxito o fracaso puede contagiarse». De ahí la importancia de combinar perfiles financieros y de gestión durante la toma de decisiones. Sobre todo en un momento de sobreabundancia de capital como el actual.
Desde su experiencia como coordinador de los locales asociados a las marcas Vips o Domino´s, entre otras, Martín señaló los esfuerzos que hacen las compañías para favorecer su expansión. Por ejemplo, Alsea cuenta con acuerdos marcos para respaldar a sus franquiciados ante las principales entidades financieras del país. «Ponemos esta posibilidad sobre la mesa desde el primer día para agilizar el proceso», aunque el 30% de la inversión inicial tiene que provenir de recursos propios del interesado. A su vez, y en paralelo, los bancos tienen acceso al plan de viabilidad planteado al franquiciado.
