La hostelería aumenta su caracter resiliente tras disparar ventas en uno de los ejercicios más adversos

La hostelería aumenta su caracter resiliente tras disparar ventas en uno de los ejercicios más adversos

martes 21 de febrero del 2023 | 23:42

La línea ascendente del consumo en restauración y hoteles alcanza nuevas cotas en España. El sector de la hostelería tuvo en 2022 uno de los mejores ejercicios de su serie histórica – la cual se remonta a 2001- al disparar su facturación anual nada menos que un 44% respecto al 2021. Así lo ponen de manifiesto os Indicadores de Actividad del Sector Servicios (IASS) publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Gracias a este tirón, la hostelería cerró el año pasado rozando las cifras de ventas del 2019, año de referencia para la actividad. Ello pese a factores como la inflación o el encarecimiento de la energía, que han tensionado los precios al alza pero sin afectar significativamente al consumo. Es más, de acuerdo con las estimaciones que manejan bares y restaurantes los niveles de gasto se han mantenido más o menos estables. Hasta el punto de hablar de un carpe diem, favorecido por la fortaleza del empleo y el ahorro de los hogares.

Dentro de la hostelería, los servicios de alojamiento dispararon su facturación un 78% en 2022, en plena recuperación del turismo y subida de los precios de alojamiento. En cambio, los servicios de comidas y bebidas se elevaron un 31,8%. Mientras que los primeros superan en un 3,2% los niveles de 2019, los segundos están todavía a un 2,6% de recuperarlos.

Hay seis regiones que presentan una actividad inferior a la pandemia

A nivel autonómico, hay seis regiones que presentan una actividad inferior a la pandemia. Se trata de La Rioja (-14,2%), Cataluña (-10,5%), País Vasco (-10%), Madrid (-6,3%), Galicia (-2,4%) y Aragón (-0,2%). Ahora bien, esta última no se sitúa muy lejos de otras como Andalucía (+1,8%) y Castillla-La Mancha (+2,4%).

Aunque los datos disipan la idea de crisis en el consumo, los clientes han ajustado su comportamiento para que el ticket final no se haya incrementado más de un 4%. Esta subida controlada se sitúa por debajo de la subida del 7,6% registrada ppor los precios de restauracióndurante el año pasado. Escalada que se mantiene en este inicio de año, lo que permite a los bares ingresar más por ventas y sitúa la facturación hasta enero un 5% por encima de 2019.

Con todo, desde la patronal destacan que la rentabilidad sigue siendo la gran asignatura pendiente para la viabilidad de los negocios. Máxime cuando el tsunami de precios de materias primas y de la energía ha hecho que la rentabilidad haya estado muy mermada en 2022 a pesar de recuperar los niveles de consumo.

A este respecto, los hosteleros reconocen que el problema se encuentra en los márgenes, así como en las dificultades para encontrar personal. El sector hostelero contó en 2022 con una media de 1,6 millones de trabajadores, un 12,2% más que el año anterior. Por ramas de actividad, el alojamiento, en línea con la evolución a lo largo del año, tuvo un mayor impulso con cerca de 400.000 personas. En la rama de restauración el empleo supuso un incremento más moderado, de un 1,8%, situándose en 1,2 millones.

Todo lo anterior revierte en el indicador de confianza elaborado trimestralmente por Hostelería de España, que mide la valoración de los empresarios hosteleros sobre la evolución de la actividad de su negocio. Resultó negativo en el último trimestre de 2022, por segundo trimestre consecutivo. En concreto, un 63,5% los encuestados opina que la actividad de su negocio en el primer trimestre de 2023 va a ser peor que la del último del año, mientras que solo un 12,5% confía en que vaya a mejorar

Los costes de la energía y de las materias primas se mantienen como los principales problemas a los que se enfrentan los hosteleros  y que más han influido en su valoración, como han señalado a lo largo del año, aunque los costes salariales son los que más subieron de influencia en el cuarto trimestre. Entre los factores externos, los precios altos se mantienen como el factor que más preocupa, seguidos de los costes financieros y la productividad del empleo.

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