Probamos el encanto gastronómico de Piantao Chamberí
Piantao, el restaurante del chef Javier Brichetto, ubicado en el barrio de Chamberí, en Madrid, nos recibió en una experiencia gastronómica extraordinaria. En una velada inolvidable, Brichetto y el cocinero gaditano Mario Sánchez Ariza se unieron para ofrecer un exclusivo menú 4 manos bajo el nombre de «Bistró de Fuegos«, donde la pasión culinaria se fusionó con la maestría gastronómica. Con una elegante ambientación y una cocina abierta que desvela los secretos de su arte, Piantao nos cautivó desde el primer momento.
El restaurante se erige como un referente de cocina argentina en la escena gastronómica madrileña, y no es para menos. Desde su impecable diseño interior hasta la cuidada atención del equipo que forman el proyecto, cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para ofrecer una experiencia de primer nivel. La cocina abierta brinda a los visitantes la oportunidad de observar de cerca el trabajo de los chefs, quienes con destreza y pasión dieron vida a cada plato.
El menú, elaborado en colaboración entre Javier Brichetto y Mario Sánchez Ariza como invitado, no tuvo desperdicio. Cada plato presentado desafió las expectativas y deleitó nuestros paladares.
La experiencia comenzó con una ostra patagónica a la brasa con espelette, una combinación magistral de sabores sutiles y ahumados que despertaron el apetito. A continuación, la berenjena a fuego vivo con velouté de tuétano y caviar deslumbró con su presentación impecable y la armonía de texturas y sabores.
El tercer plato, un steak tartar de ojo de bife con bearnaise ahumada y croissant, fue una verdadera explosión de sabor. La carne de calidad suprema, cuidadosamente aliñada, se fusionaba con la suavidad del croissant, creando una combinación inigualable. Si tuviésemos que elegir qué plato repetir, sería este, sin duda.
El menú continuó sorprendiendo con el tomate escabechado con corazón de atún rallado, un plato original para quienes disfrutan de las ensaladas.
El lomo de caballa a la brasa, acompañado de gazpachuelo de mejillón y codium, fue otro punto destacado en nuestra experiencia. La caballa, perfectamente cocinada, se deshacía en boca, mientras que el gazpachuelo aportaba una frescura marina que completaba el conjunto de forma impecable.
La carrillera de atún braseada con salsa bordalesa se presentó como un plato lleno de intensidad y sabor. La textura suave y delicada del atún se complementaba a la perfección con la salsa, creando una combinación irresistible.
El plato final fue el lomo bajo de wagyu argentino con topinambur y algarroba, un verdadero manjar para los amantes de la carne. La ternura y el sabor de la carne de wagyu hicieron que, a pesar de la cantidad de platos que habíamos comido ya, no quedase ni una pizca en el plato.
Para poner el broche de oro a este menú, se sirvieron dos postres: El helado de oveja con dulce de leche madurado y, para cerrar con estilo, el borrachito al que el chef Mario agregó el toque final en la mesa, añadiendo el vino dulce.
Aunque actualmente ya no se puede acceder a este menú en concreto, nos quedamos con muy buen sabor de boca tanto por la calidad de los platos, la atención recibida y el diseño del restaurante. Sin duda, Piantao Chamberi es un restaurante con parada obligatoria para los amantes de la gastronomía.