El Escondite abre las puertas de su segunda sede en Chamartín
Desde sus inicios, El Escondite ha mantenido su objetivo claro: llevar a cabo un restaurante que no esté especializado en una comida concreta del día, sino en todas ellas. Ya sea para desayunar, comer, cenar, disfrutar de una tarde o noche de cócteles, todo es posible en este espacio gastronómico de la metrópoli.
Después de varios años desde su inauguración, el restaurante se trasladó a la calle Villanueva, en el barrio de Salamanca, y aprovechó para ampliar su oferta gastronómica con sus deliciosos desayunos, logrando así mantener su esencia y posicionarse como un lugar de referencia a cualquier hora del día.
En 2015, se transformó en el actual Escondite de Villanueva, un lugar que combina diferentes ambientes y ofrece una experiencia única y completa. Ahora, con una historia que abarca más de dos décadas y, tras varios años de éxito, el icónico restaurante ha decidido impulsar su expansión, abriendo una nueva sede en el elegante barrio de Chamartín.
El Escondite de Chamartín, que se presenta como un espacio moderno y acogedor, cuenta con una capacidad para 99 comensales y abarca 110 metros cuadrados divididos en diferentes ambientes. El espacio, que incluye mesas altas, bajas y un reservado, es perfecto para la celebración de eventos tanto personales como profesionales. Además, gracias a un diseño que se adapta a cualquier situación, el restaurante es el lugar ideal para disfrutar tanto de un picoteo en su barra y mesas altas como de una comida agradable en su salón principal.
Así, el interiorismo refleja su esencia a la perfección, fusionando elementos contemporáneos y clásicos, creando un ambiente cómodo y sofisticado. Su agradable terraza, situada en una calle tranquila y peatonal, es un espacio al aire libre que invita a conversar durante horas con amigos, relajarse y disfrutar de una experiencia única.
El restaurante, que ha mantenido firme su creencia de que la buena comida no tiene horarios ni límites, reúne en esta nueva ubicación una gran variedad de platos con toques viajeros que combinan lo vanguardista con lo tradicional, adaptándose a todo tipo de gustos.
Mientras que la mayoría de los restaurantes de la capital dejaron atrás la cocina internacional, El Escondite se ha mantenido fiel a su propuesta y ha logrado conseguir el equilibrio perfecto con elaboraciones impregnadas de otras culturas como el pan bao pad thai y ali-oli tamarindo o el taco de chochinita pibil con guacamole, que comparten carta con recetas tradicionales como las populares patatas bravas, el mítico pincho de tortilla con trufa o sus clásicas mini hamburguesitas.
Ofrecerá los fines de semana de 11:00 h a 13:00 h su menú brunch en dos pases
Con el objetivo de convertirse en el lugar en el que todo ocurre, El Escondite de Chamartín ofrecerá los fines de semana de 11:00 h a 13:00 h su menú brunch en dos pases, que presenta bocados dulces y salados, entre los que destacan los pancakes con banana, fresa, sirope de arce y nata o el Nueva York “Benedict”, con bacon, huevo poché, salsa holandesa y bagel.
Para aquellos que quieran disfrutar de esta experiencia entre semana, su menú del día es la opción ideal. Una oferta gastronómica centrada en el producto fresco y de temporada, que está disponible de lunes a viernes a partir de las 13:00 h. De esta manera, El Escondite de Chamartín presenta un menú del día muy completo que incluye primer y segundo plato, postre o café y bebida, con elaboraciones distintas cada día, variadas y equilibradas.
Tras más de dos décadas de aventura culinaria y años de éxito en el barrio de Salamanca, El Escondite de Chamartín abre sus puertas para continuar con el legado de este mítico restaurante, que ofrecerá a los comensales una experiencia única y versátil en un nuevo escenario.