Grupo Nomo cumple quince años con 15 millones de facturación
En el año 2007 los hermanos Molina-Martell abrieron el primer restaurante de Grupo Nomo en el barrio de Gràcia, en Barcelona. La idea era importar desde Londres un nuevo concepto de restaurante japonés con una carta que combina los sabores de Oriente y de Occidente sin complejos.
Quince años después de la inauguración de su primer local, Borja Molina-Martell y su hermano Juan Molina-Martell, su cuñado, Ramón Jiménez, y su socio japonés, Naoyuki Haginoya, han pasado a gestionar un equipo de casi 200 personas y una facturación de 15 millones de euros el año pasado.
El grupo suma en total tres locales en Barcelona (en los barrios de Gràcia, Galvany y Sarrià), otro en Girona, otros tres en la Costa Brava (asociados con la familia Figueras y Xavier Rocas: Far Nomo, Nomo Nàutic y Nomo Mar), y uno en Madrid (Nomo Braganza).
Estrena nueva identidad visual
Coincidiendo con su quince aniversario, el grupo abrirá un nuevo restaurante, Nomo Mar, ubicado en el Paseo Marítimo de Llafranc. Se trata del octavo restaurante Nomo del grupo y cuenta con una exitosa línea de take away y de delivery que opera en Barcelona y en Madrid: Nomomoto.
Además, estos 15 años de trayectoria coinciden con el estreno de una renovada identidad visual de la marca y con el lanzamiento de un programa de fidelización llamado “Clan Nomo”, que ha sido diseñado con el propósito de fomentar y estrechar el vínculo con sus clientes a través de experiencias exclusivas.
Uno de los puntos fuertes del grupo de restauración se encuentra en la trayectoria y experiencia gastronómica de Naoyuki Haginoya, a cargo los fogones de los restaurantes desde los inicios del proyecto.
Haginoya cuenta con formación en barras de sushi, izakayas y yakinukus en Tokio. En la cocina de Nomo el chef ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre las técnicas y el recetario japonés y los ingredientes locales y el producto de temporada.
Acerca de la trayectoria de la compañía en estos 15 años, Borja Molina-Martell ha comentado que «nuestra fórmula de apostar por unos establecimientos muy cuidados, un servicio de sala impecable y una propuesta gastronómica innovadora con un precio razonable ha tenido muy buena acogida en el público».
Un negocio familiar centrado en el comensal
Desde sus inicios Nomo ha experimentando una gran evolución, ya que ha sabido ir adaptándose a los tiempos e incorporar nuevas ideas cuando era necesario. Aun así, hay algo que siempre ha mantenido desde sus inicios: la concepción familiar y el enfoque del restaurante, que sigue siendo cumplir con las expectativas del cliente.
Actualmente, Nomo se posiciona como un claro ejemplo de éxito consolidado que sigue ofreciendo a sus clientes una gran experiencia gastronómica.
Igualmente, Nomo destaca también por su marcado carácter social, colaborando con diferentes instituciones y organizaciones benéficas, como Sant Joan de Déu o Nasco Feeding Minds.
Además, la compañía sigue una importante política de sostenibilidad, que se ve reflejada en productos de la carta y en el uso de un packaging 100% biodegradable.