El apagón eléctrico que dejó sin suministro a toda España durante varias horas ha tenido un impacto demoledor sobre los negocios de hostelería, pymes y autónomos. Las pérdidas, estimadas en hasta 1.300 millones de euros en el conjunto de la economía nacional, han encendido las alarmas en el sector hostelero, que ya explora mecanismos legales para reclamar una compensación por los perjuicios sufridos.

Entre las consecuencias más comunes se encuentran la pérdida de productos perecederos, interrupciones en los servicios por la imposibilidad de usar datafonos y el cierre temporal de establecimientos, lo que derivó en una caída directa de ingresos. Desde Legálitas Negocios indican que los negocios pueden reclamar por lucro cesante, es decir, “las ganancias, beneficios, renta o dinero que se ha dejado de percibir como consecuencia directa de un hecho lesivo”, siempre que se pueda acreditar ese perjuicio.

El despacho indica que para reclamar por lucro cesante es imprescindible documentar las pérdidas: facturas, fotografías, vídeos, registros de ventas previas, declaraciones fiscales y contabilidad que demuestren los ingresos habituales. También debe demostrarse que existe un nexo causal entre el apagón y el perjuicio económico, así como que la empresa responsable actuó de forma negligente o por omisión.

El sector hostelero analiza vías legales para reclamar indemnizaciones por lucro cesante

El cálculo de la indemnización puede basarse en dos criterios principales: la pérdida directa de ingresos (comparando con días similares de años anteriores) y los gastos fijos que se han mantenido pese al cese de actividad.

Además, se puede presentar una reclamación ante la compañía suministradora de electricidad, que solo podrá eximirse si prueba que el fallo fue causado por un tercero o por fuerza mayor. Otra opción es recurrir a la aseguradora, en caso de que la póliza contemple daños por cortes eléctricos. En ambos casos, Legálitas recomienda conservar todas las pruebas documentales y audiovisuales posibles

Ejemplos de resiliencia en medio del apagón

Aunque, por lo general, el lunes suele ser un día de libranza en hostelería, el incidente pilló a miles de negocios preparando el servicio de comidas. Algunos, los más madrugadores, pudieron salir al paso sirviendo las elaboraciones que tenían listas, pero la mayoría tuvo que resignarse a la imposibilidad de cocinar y atender a la clientela. No obstante, hubo comercios que tuvieron cierto margen de maniobra.

Desde Grosso Napoletano, cadena presente en múltiples ciudades, se activó de inmediato una red de coordinación. “Ha sido una gestión compleja, teniendo en cuenta todos los locales y las ciudades en las que estamos presentes. Lo principal fue asegurar que todos los equipos estuvieran bien”, explicó Bruno González, CEO del grupo. Añadió también que “nuestros sistemas nos permiten tener perfectamente trazada la conservación de los productos, lo que ha sido clave para asegurar la seguridad y calidad alimentaria en todo momento”.

En el caso del Grupo Rosi La Loca World, la reacción fue tan brillante como inesperada. Con locales emblemáticos en pleno centro de Madrid, como Rosi La Loca, Bestial by Rosi La Loca e Inclán Brutal Bar, el grupo decidió no cerrar y adaptarse a la situación. “Todo lo que se facturó se convirtió en propina directa para el equipo. Era nuestra forma de agradecerles su entrega, su alegría y el compromiso con el que se volcaron desde el primer minuto”, afirmó Minerva Tapial, CEO del grupo. Y añadió: “No podíamos dejar tirada a la gente. Quisimos ofrecer algo más que comida: refugio y nuestra alegría tan característica, incluso sin luz”.

Por su parte, Big Mamma, grupo con presencia en Madrid y Barcelona, también reaccionó con rapidez. “Ayer, sobre las 16 h, pusimos toda la comida con hielos para intentar salvar lo posible. Tenemos mucha materia prima en neveras pequeñas que, sabíamos, íbamos a tener que tirar. Por suerte, las neveras grandes aguantaron”, explicó Daniele Tasso, Chef Ejecutivo del grupo. En el restaurante Gloria, en Barcelona, “se perdió toda la materia prima de pescado crudo”, base esencial de su carta. En Circolo Popolare, ubicado en la Torre Picasso de Madrid, la luz no volvió hasta la mañana siguiente, lo que obligó a desechar toda la comida preparada para el servicio. “Hoy hemos podido abrir, pero con una carta más reducida. La prioridad es seguir ofreciendo un servicio de calidad, dentro de lo posible”, añadió Tasso.

El restaurante Juana La Loca, en cambio, se encontraba cerrado por descanso habitual, pero aún así su equipo reaccionó con previsión. “Suspendimos las entregas de productos refrigerados y pudimos sobrellevar la situación gracias al esfuerzo del personal de sala, cocina y la comprensión de nuestros proveedores”, explicó Mariano Tato, propietario del local