A lo largo de las últimas décadas, el turismo se ha posicionado como uno de los principales motores económicos de España, hasta tal punto, que ya supone el 12,8% del PIB nacional, según datos de Exceltur. Además de ser una gran aportación para la riqueza del país, esta industria se ha convertido en una máquina que cada vez genera un mayor empleo.

En este sentido, agosto cerró con más de 2,9 millones de afiliados en el ámbito turístico, lo que supone el 13,8% del total de personas en activo en el país, según Turespaña.

El número de turistas que viajan a nuestro país cada vez es más alto. De hecho, hasta el mes de julio nos visitaron casi 54 millones de turistas. A pesar de que se registran cifras realmente positivas que reflejan la buena salud del sector, existe el ‘miedo’ a “morir de éxito”, tal y como asegura Kike Sarasola, Presidente ejecutivo y Fundador de Room Mate Hotels y Be Mate. 

En este contexto, Sarasola hace referencia a que parece que hoy en día la industria del turismo se encuentra inmersa en una lucha por batir récord de visitantes. “La constante búsqueda por batir el récord de visitantes, y llegar a los 100 millones, nos está pasando factura y estamos sufriendo una serie de problemas para los que tenemos que buscar un remedio ya”, explica.

¿La fama queda grande al turismo español?

Los resultados que registra mensualmente constatan que el turismo está escalando puestos para convertirse finalmente en el corazón de España. Este boom turístico en el que se encuentra el país es para muchos una auténtica amenaza para el turismo de calidad.

“Probablemente, una de las medidas pase por replantear de una vez por todas el modelo turístico que queremos en España. Tenemos que ver si queremos ser Milán; una ciudad limpia, bonita y sin aglomeraciones, o queremos apostar por una Venecia, donde hay épocas donde no se puede andar por las calles”, asegura Sarasola.

A su vez, el presidente y fundador de Room Mate Hotels y Be Mate, explica que una vez “decidido el modelo que queremos, aplicarlo con todas las de la ley”. En este sentido, añade: “estoy totalmente en contra de toda forma alojativa ilegal, en contra de la masificación de las ciudades que devalúan el destino y, también en contra del todo vale para crecer. Creo en la regulación. Creo que un trabajo conjunto entre el sector público – privado y los residentes de las zonas más afectadas por el exceso de visitantes puede llevar a soluciones para todos”. 

“Creo en el turismo de calidad, no de cantidad”.

La turismofobia en España 

Para Kike, apostar por un turismo de calidad, “es sinónimo de éxito”. Pero realmente, ¿qué se entiende por turismo de calidad? Al respecto, Kike Sarasola explica que “es poner límites a la entrada masiva de turistas, poniendo en valor nuestro trabajo, nuestras ciudades y las personas que viven en ellas”. 

A su vez, plantea como posible solución la de establecer cupos evitando la masificación de los destinos. “Ser conscientes de que por el hecho de que los espacios sean abiertos, no significa que no haya aforos, los cupos están para cumplirlos. A ninguno nos gusta visitar ciudades e ir pisándonos unos a otros”. 

“Igual que el Santiago Bernabéu no vende más entradas de las que tiene disponibles, tenemos que aprender que los espacios abiertos también tienen que estar regulados”.

No se trata de la primera ocasión en la que Kike Sasarola trata el tema dando su punto de vista de la situación. “Es el momento de trabajar para mejorar, para crecer, para poder seguir celebrando por todo lo alto el Día Mundial del Turismo y la profesión más maravillosa del mundo antes de que sea demasiado tarde”.

En el ITH Innovation Summit celebrado el pasado mes de junio, Sarasola se mostró indignado ante la falta de proactividad para resolver el problema de la turismofobia: “Llevo tiempo reclamando que tenemos que hacer algo y no se ha hecho nada. Es una vergüenza porque nos va a estallar en la cara y el gran problema es que vamos a quedar como los culpables de todo cuando no lo somos”.