Ver las estrellas desde tu propia habitación está de moda. A lo largo de los últimos años, ha crecido de forma notable el interés por los hoteles burbuja, y es posible que el principal motivo sea que se tratan de alojamientos singulares que ofrecen unas vistas panorámicas del cielo y de todo lo que hay alrededor. 

Aunque no es un hotel burbuja, en España existe un alojamiento que cautivará a aquellos que busquen este tipo de experiencias. En plena reserva natural volcánica de Garrotxa, ubicado en Olot, en Girona, se encuentra uno de los complejos más exclusivos de nuestro país. Se trata de Les Cols Pavellons, un hotel con una filosofía y un diseño únicos ya que cuenta con un curioso protagonista: el cristal. 

Las paredes y techos de las habitaciones son de cristal al completo. Esto provoca que el alojamiento esté completamente integrado en la naturaleza, e incluso genera un efecto que le hace camuflarse como un elemento más de ella. De esta forma, el hotel ofrece una experiencia similar a la que brinda dormir al aire libre, pero filtrada por la lente de la arquitectura.

Girona se encuentra a menos de 1 hora en coche del hotel, mientras que Barcelona está a 150 km.

Les Cols dispone de cinco módulos o pabellones acristalados donde se emplazan las cinco estancias. En este sentido, una de las cualidades que le diferencian de un hotel tradicional es el estilo de habitación que presenta, porque no se asemeja a la idea convencional que tenemos de habitación. 

El exclusivo hotel cuenta con una decoración zen y con suelo y paredes también de cristal. Cada uno de los pabellones incluye un onsen climatizado, un baño privado y un cómodo futón. Este diseño le hizo ser galardonado en 2017 con la mayor distinción internacional: el Premio Pritzker, que es conocido como el Nobel de arquitectura.

A su vez, la división de los pabellones evoca la estructura lineal de un huerto tradicional de la cultura japonesa. En este sentido, tanto el trazado de los recorridos, como la distribución y la decoración de cada pabellón constituyen un claro referente zen.

Resulta curioso destacar que la idea de edificar el hotel emanó de que Joaquim Puigdevall i Judit Planella decidieron sumar a la oferta gastronómica ubicada en la masía catalana, que alberga un restaurante galardonado con 2 estrellas Michelin, un descanso para pernoctar.