Una selección muy personal de los mejores restaurantes de Valencia
La ciudad del Turia es destino infalible por su cocina festiva y de raíz mediterránea. Llena de felicidad y luz, como sus espacios y gentes, es verdadero muestrario de sabores y despensa. Auténtico crisol de cocinas clásicas y más creativas, con algunos de los iconos nacionales más reconocidos de nuestro panorama estelar. Aquí una selección muy personal de las mejores casas, barras y tabernáculos de la capital valenciana. Pero hay más, claro. Obligada la visita al Mercat central, y los bares de dentro y fuera.
Ricard Camarena
Dicen los amantes de la cosa gourmet que es el número uno de la ciudad. Este reflexivo y talentoso cocinero posee de un conocimiento profundo de la huerta, con recreaciones de la verdura que tienen nivel memorable. Delicadeza en todas sus elaboraciones, un espacio de bandera, gran sumiller, servicio de Sala impecable, alegría de vivir. El menú degustación es una secuencia única. Dos estrellas michelin y octavo mejor restaurante vegetal del mundo. Ahí es nada. Su bar del Mercat es único.
Aquarium
La gran coctelería y bar non stop de Valencia. Una maravilla de lugar donde hay camareros que son catedráticos de la barra y del servicio, excelente Negroni, el Dry Martini, Bloody Mary, estupendos bocadillos, pinchos y raciones como refugio emocional. Ese espacio de muchas generaciones ha sido recientemente adquirido por el naviero Vicente Boluda, al rescate de la historia. Emblemático bar-cafetería desde que abrió en 1957. Con aire de interior de viejo barco es templo de los whisky sauers, los rocafulls y auroras. Ummm, el pepito de solomillo o los rabanitos para seguir bebiendo. Imprescindible.
Aragón 58
Más de 20 años lleva Aragón 58 dando de comer a los valencianos de todos públicos y edades. Este permanente homenaje al producto, según confiesan, se desarrolla gracias que a lo más granado de la cocina mediterránea y al mimo del servicio: «La barra es el altar de nuestro restaurante, donde realmente se encuentra la esencia de la gastronomía española en su máxima y más divertida expresión». Ateneo de buena vida ve pasar gambas, ensaladilla, pescados y tartares de mojar el bigote. A anotar buenos arroces en su punto. También buenas mesas. Frente a Mestallla.
El Bressol
Un restaurante con aspecto de clandestino. Verdadero rincón gastronómico donde en muy pocas mesas se inventa la complicidad náutica. Cuando Jose Vicente, su propietario y mago, exhibe el carro de los pescados como si fuera un muestrario de joyero, los apetitos encienden. Pescadito chico y de bajura, excelentes salazones y tartares, puntillitas, angulas, y unos pescados de auténtico escándalo. A la diversión se une una inagotable carta de Champán y de vinos de culto. La felicidad era esto.
Yarza
En el barrio de Cánovas en l’Exiample, tributo a la cocina de proximidad: » Somos cocina de cuchara, pescado de lonja, carnes maduras, productos de proximidad, arroces y algo gamberros». Y a fe que Manu Yarza, jovencísimo cocinero pero ya bregado en buenas casas, lo demuestra con una mezcla de una ejecutoria clásica y factura contemporánea. Las raíces vascas se notan y el estupendo manejo de los fondos. Ensaladilla de recordar. Será grande grande.
Casa Carmela
El auténtico lugar icónico del arroz en Valencia desde 1922, según los ritmos y modos de la bisabuela Carmen. Auténtica paella valenciana a leña de naranjo, fuego lento, un punto impecable, capa de lujuria, con el productazo de la zona elegido para la alegría de los que alguna vez soñaron con este plato de memoria. Además del arroz, está es la alienación: esgarraet de pimiento y mojama, un pulpo templado a la brasa, una espardenyà, ortiguilla en tempura, un calamar fresco a la romana, la clòtxina valenciana o la tellina de playa, pescados y guisos como el nugat de rap. Para repetir una y otra vez.
Nozomi
Un estupendo japonés es una ciudad que ha encontrado la gracia en muchos restaurantes de este corte. Aquí el sushi es auténtico arte. La limpieza de los cortes, el pescado que nos hace volar, y una atención que recoge filosofía de vida de los propietarios que permanentemente viajan a Japón para imbuirse de ese espíritu. Y nos lo transmiten con una exquisita atención, una decoración tradicional, e incluso con las flores de los árboles de cerezo. La Valencia gastronómica es una fiesta.
Rausell
Los hermanos Rausell son la tercera generación de amor por la gastronomía y la cocina de mercado. Esta gozada gastronómica tiene tres versiones en bar, un restaurante y un espacio de comidas para llevar. La barra es memorable con lujos marinos, platos, tapas, bocadillos y cafés, mucha bulla
más de 150 cavas, champagnes y vinos. Lugar para peregrinar. Sus mostradores son auténtica incitación al pecado de la gula y a meter la mano en la cartera que bien vale esa alegría. Dicen que es la mejor barra de la capital.
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