El negocio de Pastoret de la Segarra cuaja en un sector deprimido

El negocio de Pastoret de la Segarra cuaja en un sector deprimido

martes 09 de abril del 2024 | 08:25

La industria del yogurt ha pegado un vuelco en España estos últimos años. Del monopolio que disfrutaba Danone se ha pasado a un mercado más competitivo pero con una clara tendencia a la baja en el consumo, de momento irrefrenable. Los hogares españoles consumieron en el año 2023 un total de 4.233 millones de toneladas de leche y lácteos, dato que refleja un estancamiento nacional, mientras que crecen las importaciones y se dispara el consumo de alimentos lácteos de marca del distribuidor.

Si bien las ventas totales crecieron en valor debido al aumento de precios, el sector observa con preocupación el cambio que se está produciendo en los patrones de consumo. Según la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL), la situación de crisis inflacionista desde 2022 ha convertido a la conocida como marca blanca en un refugio para los consumidores. Prueba de ello es que, en la práctica totalidad de categorías lácteas, su cuota de mercado ya supera a las marcas de fabricante en volumen.

El volumen de ventas de yogures y postres cayó un 3,1% durante el año pasado, manteniendo la tónica de los anteriores. Pero, en medio de esta depresión sectorial, hay marcas que están siendo capaces de abrirse paso y ganar mercado. Sin duda uno de los casos de éxito más destacados es el de Pastoret de la Segarra. Gracias a una filosofía basada en el cuidado de los ingredientes, la colaboración con granjas locales y un proceso de fabricación con fermentación lenta, la empresa leridana ha conseguido mantener un crecimiento sostenido de doble dígito año a año, salvo pandemia. Hasta casi triplicar sus ventas en la última década.

Ha pasado de facturar 11,9 millones de euros en 2014 a superar los 30 millones en 2022. En concreto, cerró el año de su 30 aniversario con unas ventas de 31 millones de euros, un 7% más que en 2021, y las previsiones para 2023 apuntaban a un crecimiento anual de entre el 12% y el 20%. A falta de conocer los datos correspondientes al último ejercicio, esta tasa supondría para Pastoret de la Segarra volver al rendimiento previo a la pandemia, que era del 22% de media anual.

«Después del impacto negativo en la rentabilidad del negocio de los continuos aumentos del coste de las materias primas durante el 2022, se prevé una recuperación de márgenes en el año 2023, debido a la estabilización de los costes de las principales materias primas y a la finalización de la aplicación de la última subida de precios en todos los clientes», destacaba la compañía familiar en su último informe de gestión, correspondiente a 2022. Cerró el ejercicio con un beneficio de explotación por importe de 624.320 euros, frente al millón de 2021.

Durante la pandemia puso en marcha un plan para duplicar ventas en cinco años

La evolución del negocio de Pastoret ha sido regular, a excepción de un importante salto de más de 6 millones entre 2017 y 2018, cuando pasó de facturar 19,7 a 26 millones. Con fábrica en Sant Guim de Freixenet (la Segarra) y 120 personas en plantilla, ha sabido salir reforzado del cóctel inestabilidad política, inflación y crisis sanitaria.

Durante el episodio pandémico ejecutó un plan inversor millonario con el objetivo de duplicar ventas en cinco años. Más que la capilaridad en distribución, fue la diversificación lo que permitió salir bien parada a la marca, ya que las ventas en hostelería y restauración experimentaron un crecimiento mayor de lo esperado, mientras el canal alimentación entraba en barrena por la preferencia del consumidor a comer fuera de casa.

Los próximos pasos de su expansión buscan afianzar posiciones en el exterior, donde tiene presencia en mercados como Portugal, Francia, Bélgica, Polonia y Hong Kong. Para ello, cuenta con unas instalaciones que han ido ampliando para tener mayor capacidad productiva y un almacén inteligente.

Aunque los inicios de la compañía cofundada por Teresa Vallès y su marido Xavi Pont están ligados a la venta de requesón, debe su éxito a los yogures. Empezaron a producirlos en el 2000, respetando el proceso de elaboración tradicional, y desde entonces han ampliado sus productos hasta su última apuesta, una gama de bebidas de origen vegetal. En el sector de la restauración comercializa productos en gran formato, desde yogures a postres.

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