La empresa Cascajares avanza un plan de contingencia para levantar la marca tras el incendio que ha arrasado esta madrugada su fábrica en la localidad palentina de Dueñas. Se han visto afectadas al menos una nave de oficinas y otra con animales y cámaras frigoríficas, pero no hay que lamentar víctimas.

El consejero delegado y dueño de la compañía, Alfonso Jiménez, ha asegurado ante los medios que trabajarán para reponerse en «tiempo récord» de la tragedia y volver a servir a sus clientes.

Aunque las llamas se han llevado absolutamente todo, Jiménez ha declarado que «el equipo humano y la marca» permanecen intactos. «Están más fuerte que nunca». De hecho, se han puesto manos a la obra para recuperar el proyecto y el empleo con la construcción de una nueva fábrica. Al cierre de 2021 la plantilla estaba formada por cerca de 45 empleados y, según el directivo, «lo más sagrado» es respetar cada uno de estos puestos de trabajo.

«Además agilizaremos desde el minuto uno todos aquellos trámites administrativos que dependan de la Administración autonómica», ha manifestado el dueño de Cascajares. «Nuestro compromiso es de reducir los tiempos, como mínimo, a la mitad de lo que suponen normalmente».

El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, ha explicado que el Consejo de Gobierno ha aprobado «la declaración de especial y excepcional trascendencia y urgente actuación para la industria Cascajares»

Cascajares es conocida como la reina de los capones navideños. Su plato estrella se sirvió en la boda del rey Felipe VI con Letizia Ortiz. Con una facturación de 6,2 millones de euros en 2021, los inicios de la compañía se remontan a cuando Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila y Francisco Iglesias, contando con pocos medios económicos y muchas ganas de trabajar, comenzaron a gestar el proyecto “Cascajares”: una empresa basada en la transformación de productos agroalimentarios.