La fiebre de la empanada argentina no remite. Que se lo digan a Malvón, que en apenas seis años ha multiplicado tanto su red de establecimientos como su volumen de ventas y no tiene intención de levantar el pie del acelerador.

La cadena española ha abierto tres nuevas tiendas en septiembre, una de ellas en el aeropuerto de El Prat de Barcelona. Con estas aperturas, la franquicia española -líder en la producción y distribución de empanadas argentinas artesanales- suma 79 locales entre España y Portugal, con presencia en nueve Comunidades Autonómas.

Además, prevé cerrar el año con 20 nuevas unidades hasta alcanzar los 85 establecimientos abiertos. Aunque la marca ha relajado sus previsiones de principios de año, cuando preveía superar el centenar de puntos venta, de alcanzar este objetivo prácticamente triplicaría su red en dos años, toda vez que al final de 2020 contaba 32 locales. Desde su lanzamiento ha generado 395 puestos de trabajo directos entre tiendas, obrador y servicios centrales.

En 2021 vendió un 130% más, para un total de 11,5 millones de euros

Un crecimiento vertical experimentado durante una de las crisis más profundas en la restauración y que se ve refrendado por los números económicos de Malvón. En 2021 vendió un 130% más, hasta alcanzar una volumen de 11,5 millones de euros, frente a los 4,4 millones del 2020. Al mismo tiempo duplicó su resultado, pasando de unos beneficios de 673.794 euros a superar los 1,3 millones, según su último informe de cuentas.

La inversión el año pasado superó los 600.000 euros y se centró tanto en impulsar la expansión con nuevas tiendas a nivel nacional como en abrir mercado en Portugal. De forma paralela, la compañía mejoró la eficiencia de su obrador, a la espera de poner en marcha uno nuevo durante este 2022 con capacidad para asumir el crecimiento de la demanda y que implicará un desembolso de 7 millones. A medio plazo prepara su entrada en otros mercados europeos, como Francia, Italia o Alemania.

Por su política de crecimiento orgánico y estructura de costes, Malvón resistió lo más duro de la pandemia sin necesidad de llevar a cabo grandes sacrificios. Además de un ERTE para 32 trabajadores que permitió asegurar la liquidez y solvencia financiera de la compañía, formalizó varios préstamos con garantías ICO por cerca de 2 millones de euros que han incrementado su deuda.